“¡Saquen sus manos de África!”, exigió el Papa

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KINSHASA, CONGO

El papa Francisco exigió ayer que las potencias mundiales dejen de saquear los recursos naturales de África para “el veneno de su propia codicia”, al llegar al Congo y recibir el agradecimiento de la población por haber centrado la atención mundial en sus olvidadas penurias.

Decenas de miles de personas se aglomeraron a lo largo de la ruta principal de Kinshasa, la capital, para darle la bienvenida al pontífice luego de que aterrizara en el aeropuerto. Entre la multitud, en primera fila, había incluso niños con sus uniformes escolares.

La escena recordó las visitas a países de mayoría católica, que no han sido la norma en años recientes, dado que el Papa ha preferido ir a países más pequeños y más cercanos, donde los católicos en muchos casos son la minoría.

Francisco entró de lleno a su agenda al llegar, denunciando la explotación de África perpetrada por las potencias mundiales durante siglos, las industrias multinacionales de extracción y la injerencia de países vecinos en los asuntos internos del Congo. “¡Saquen sus manos de la República Democrática del Congo! ¡Saquen sus manos de África!’’ exclamó el Papa en su primer discurso ante autoridades congoleñas y el cuerpo diplomático acreditado en el país, en el jardín del palacio nacional de Kinshasa.

Llamando la riqueza mineral y natural del Congo “un diamante de la Creación”, Francisco exigió que las compañías multinacionales dejen de repartirse el país para sus propios intereses y que reconozcan su participación en la “esclavitud” económica del pueblo congoleño.

“Dejen de estrangular al África. No es una mina para explotar ni un terreno para saquear”, expresó el primer Papa latinoamericano, quien desde hace mucho ha denunciado la manera en que los países explotan los recursos de los más pobres.

El viaje estaba previsto en principio para julio, pero se demoró por los problemas de rodilla de Francisco, que ayer lo obligaron a estar en silla de ruedas.

Congo, la primera parada de la gira del pontífice, es, por lejos, el país africano con más católicos: la mitad de sus 105 millones de habitantes lo son, y tiene más de 6.000 curas, 10.000 monjas y más de 4.000 seminaristas -3,6 por ciento- del total global de jóvenes que estudian para sacerdote.

 

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