“Lo acosté y me di cuenta de que estaba golpeado”

Sebastián fue una de las cuatro personas que asistió al niño la noche del crimen. Por primera vez, habló sobre todo lo que vio y vivió

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Tras la condena a perpetua para las asesinas del pequeño Lucio Dupuy, por primera vez habló públicamente el hombre que asistió al niño y sobre el desesperado intento para salvarlo. Además contó detalles sobre la actitud de Abigail Páez, pareja de la mamá de la víctima, que le llamaron la atención.

La noche del 26 de noviembre de 2021, Sebastián, de 37 años, había arreglado juntarse a cenar con amigos en un lugar de la ciudad de Santa Rosa, en La Pampa. Como tenía el suyo en reparación, le pidió el auto prestado a su madre.

A la salida también se sumaría su hijo, que por entonces tenía 10 años. Había pasado alrededor de media hora de las 21 cuando ambos se subieron al vehículo. Pero prácticamente ni avanzaron: es que de pronto vieron a una persona que se aproximaba en medio de la oscuridad con un niño en sus brazos.

Era Abigail Páez sosteniendo a Lucio Dupuy. Nadie sabía en ese entonces que la mujer -en complicidad con su pareja y madre del chico, Magdalena Espósito- era quien lo había asesinado.

A la distancia, entre los árboles y la escasa iluminación que le dificultaba distinguir con precisión, el vecino creyó que se trataba de un adolescente, por el tamaño corporal. “Pero cuando me acerqué me di cuenta de que era una persona adulta. Pensé que era la mamá del nene”, reveló.

Páez se dirigía a la posta sanitaria que está ubicada sobre la calle Garay Vivas, entre Sergio López y Corona Martínez, en el barrio Atuel, a tres cuadras y media de donde vivía Lucio. Pero a esa hora el centro de salud ya estaba cerrado. “Sabiendo eso, me bajé del auto y le pregunté (a Páez) qué había pasado. Me dijo: ‘Me entraron a robar, me golpearon al nene’”. Sebastián le repreguntó con desesperación y la mujer le respondió lo mismo: “No sé, lo dejé cinco minutos solo y parece que me entraron a robar, cuando volví estaba el nene tirado en el patio, me revolvieron toda la casa”.

El traslado al hospital

En continuidad con su relato, Sebastián contó el momento en el que llevaron a Lucio al hospital.

“Entonces mi mamá salió y le grité: ‘¡Má, por favor traé el auto!’. Alcé al nene, me subí y mamá empezó a manejar en contramano”, continuó la secuencia, según Sebastián, que trabaja como pintor. “Toca bocina, poné balizas, metele pata”, fue la instrucción que le dio a su madre para llegar cuanto antes al Hospital Evita de la capital pampeana. Mientras, en el trayecto, Páez insistía en la versión del robo.

Luego de la condena a perpetua para las homicidas, rompió el silencio quien asistió al niño

Al llegar al hospital, Sebastián ingresó a las corridas y hasta pateando alguna puerta. Dejó a Lucio en una camilla. “Ahí me di cuenta de que el nene estaba golpeado, en mí recuerdo, creo en la cara. Fue todo muy rápido”.

Poco después se confirmó la muerte del niño y en medio de ello, al pintor algo le llamó la atención de Páez. “Estaba inquieta, fuera de sí, empezó a correr de un lado a otro y decía ‘tengo que avisarle a la madre’”. A continuación, la homicida se subió de prepo al auto Fiat Palio de la madre de Sebastián, quien estaba por regresar. Allí, Páez se bajó y empezó a correr. “Se iba a la casa, tal vez a revolver las cosas como si le hubieran robado”.

La perpetua

Luego de que el caso tome enorme repercusión, Sebastián siguió cada momento de lo ocurrido hasta lo que sentenció ayer la justicia: perpetua para las homicidas del nene.

Las mujeres fueron condenadas y por decisión propia, no asistieron a la audiencia. Ni siquiera de forma remota. Ya habían procedido de esa manera cuando fueron declaradas culpables, a principios de este mes.

 

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