Lejos de Precios justos: los almacenes compran más caro

Según la Federación de Almaceneros de la Provincia, alrededor de 26 mil comercios a los que se recurre en los barrios por alimentos y otros productos de primera necesidad están fuera de los parámetros fijados por el Gobierno en el programa Precios Justos, porque sus proveedores les venden por sobre los topes que aparecen en el listado oficial.

Con el planteo, la entidad insiste en su exposición acerca de lo que consideran allí una limitación a las posibilidades de control de la inflación. Manejan datos allí según los cuales todo el conjunto de comercios chicos, entre almacenes, mini mercados, cadenas regionales y “chinos” concentra el 70 por ciento de la venta de los productos que dominan la economía doméstica.

Buena parte de ese segmento, que se integra en la Federación no llega a conseguir los productos a un precio que permita adecuarse al Programa. “Le compramos el 80 por ciento de la mercadería que vendemos a los mayoristas”, avisó el titular de la entidad, Fernando Savore. Se refirió a los hipermercados que venden tanto a comerciantes (con precios sin IVA y promociones especiales, como a clientes particulares que hacen compras hogareñas).

Ante el plan oficial, de aumentos controlados del 4 por ciento mensual, que ahora pasó a 3.2 por ciento de acá a junio, con 50 iml productos y servicios (eran 2 mil productos hasta acá), los almaceneros pidieron en el Gobierno que se analice los precios en la cadena de comercialización minorista. “Dijimos que el mayorista le venda con Precios Justos al público y a nosotros, que compramos por bulto cerrado, se nos marque la diferencia”. Eso, de manera que una vez en su local, el almacenero pueda agregar su parte y empatar con la prescripción del Programa. “Seguramente lo hablaron con los mayoristas y no quisieron saber nada”, se apuntó desde la Federación.

En ese sentido, desde la Federación de Almaceneros señalaron que, sobre el precio de compra, deben agregar su margen para pagar costos operativos y obtener una ganancia. “El margen de rentabilidad que se le pone es entre 25 y 30 por ciento”, apuntó Savore y detalló que no todo es ganancia: “El costo operativo es del 17 por ciento”.

Eso incluye, impuestos, servicios y pago de sueldos. “El tema es si aumentan los impuestos y los servicios”, aclaró Savore en un escenario de suba de tarifas en ciernes. También planteó otras luces de alarma que puede mover la línea de costos algún punto hacia lo que queda como ganancia. “Están el costo de un empleado para un comerciante, con las cargas y la posibilidad de juicios que hay en estos días”, dijo.

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En este escenario, pidió que “cuándo me decís a cuánto lo tengo que vender, decime cuánto lo voy a pagar”.

Por su parte, Ricardo Cuevas, vice de la entidad y almacenero en la Región (Berisso), sostuvo que “los mayoristas siguen siendo quienes disponen de los precios en nuestras estanterías. Es lo que tenemos para ir. No tenemos otra y los precios en nuestros comercios están acordes a lo que debe ganar un comerciante que recurre a un mayorista”.

el aceite en $430, sale $799

En números concretos, expuso que por estos días, “el aceite de girasol de un litro y medio hay que venderlo a 430 pesos y nosotros lo pagamos 799. El azúcar que en Precios Justos está 200 pesos nosotros la pagamos 230 y en el almacén hay que venderla a 270 o 280 pesos. Son dos productos de alta rotación en los que nos encontramos muy expuestos”.

Así las cosas, el directivo afirmó que “no tenemos Precios Justos en nada. Las empresas volcaron todos a los híper”.

Según cuentan en los almacenes, hay empresas grandes de bebidas y lácteos que tienen su propio canal de venta y distribución. Eso representa el 20 por ciento del stock de venta. No es distinto al resto, según Savore: “Pagamos la gaseosa más cara que lo que la compra un híper, que paga con 60 días de plazo, además”.

Lejos quedó, según Savore la época (un par de décadas atrás) en las que pasaba un corredor, tomaba el pedido y volvía para cobrar cuando llegaba la mercadería. Casi tanto como la libreta verde o negra de la cuenta del almacén en las casas.