“Tira-tiros” en Villa Elvira: pasaron, gatillaron e hirieron a un vecino

El caso es un verdadero misterio, ya que por ahora solo se conoce su grave resultado: un hombre de 34 años recibió un disparo en una pierna y terminó internado en el hospital San Martín.

De las causas de la agresión, no se sabe prácticamente nada, ya que del relato de la víctima tampoco surgen elementos de convicción suficientes que permitan establecer una hipótesis clara.

El hecho está en manos del fiscal Gonzalo Petit Bosnic, quien deberá armar un verdadero rompecabezas.

Todo pasó en horas de la madrugada, el miércoles pasado, en la esquina de las calles 1 y 97.

La víctima, identificada por la Policía como Jonatan Alejandro Vera, se encontraba dialogando con otro vecino, cuando fue alcanzado por un balazo.

De los agresores solo pudo aportar que eran dos y que circulaban en una motocicleta. Ni características fisonómicas ni ninguna identificación.

Para su suerte, al margen de que se trató de una lesión de consideración, el proyectil le impactó a la altura del fémur, sin afectar arterias ni órganos vitales, por lo que no correría peligro alguno.

Los médicos evaluaron el cuadro y se lo comunicaron enseguida a los pesquisas, que así lo dejaron plasmado en el reporte oficial.

En principio, siempre a decir de los voceros consultados, se descarta que se haya tratado de una tentativa de robo.

La modalidad del ataque direcciona las sospechas hacia otra motivación.

Nunca los delincuentes, sicarios o, como se los quiera denominar, se acercaron a la víctima con intenciones de desapoderamiento.

El evento se consumió en unos pocos segundos. Pasaron, gatillaron y escaparon.

Se trata de una modalidad conocida como “tira-tiros”, que está muy presente, por ejemplo, en la ciudad de Rosario.

Sin embargo, en ese distrito santafesino los ataques a balazos, por lo general, vienen asociados a una finalidad: la amenaza para infundir temor o como plataforma de una extorsión.

Si no se hace lo que te piden, sufrís a los “soldaditos”, cuya mano de obra se consigue por algunos miles de pesos.

Por eso, volviendo al suceso de La Plata, todavía hay muchos interrogantes.

¿Pudo tratarse de un acto intimidatorio hacia el hombre que resultó herido? ¿Solo quisieron asustarlo y se les fue la mano? ¿Se equivocaron de blanco? ¿La bala era para la persona que lo acompañaba? ¿Quisieron divertirse y no encontraron mejor idea que salir a los tiros por la calle?

Otra chance no menos cierta, de acuerdo a las mismas fuentes, es que el relato vertido en el expediente omita algunas cuestiones ex profeso.

Son los códigos urbanos que a veces se utilizan -por voluntad o por temor- para que no salga a la luz el verdadero trasfondo del hecho.

Si bien se están tomando una serie de recaudos, como la recepción de testimonios en el barrio y, la búsqueda de imágenes en cámaras de seguridad, para comprobar si realmente hubo una moto y un par de “gatilleros” en la escena, a veces, cuando no hay colaboración, todo se hace cuesta arriba.

La instrucción de la causa, cabe destacar, recayó en personal del Destacamento Aeropuerto.

CALLES VIOLENTAS

Salvando las distancias con Rosario, se sabe que las calles de la Ciudad se han tornado particularmente violentas y hay relatos de sobra que avalan esa dura realidad.

Cualquier diferendo puede originar un altercado y también el uso de armas para resolverlo.

En lo que va del año, de los siete homicidios registrados en la Región, hubo dos que reúnen esas características.

El 22 de enero, un hombre de 30 años fue la víctima fatal de un tiroteo, que tuvo lugar en la megatoma de Los Hornos.

Ocurrió en la zona de 84 entre 147 y 148, donde, al parecer, un grupo de cuatro amigos se dirigió al lugar indicado para “comprar estupefacientes”.

Así, mientras el supuesto vendedor estaba efectuando la comercialización, de la mano de enfrente otro grupo abrió fuego, hiriéndolo de gravedad, hasta llevarlo a la muerte.

En el ex barrio de Planeadores, los jóvenes quedaron en medio de la balacera.

Además del hombre que perdió la vida, uno de los sujetos que fueron al barrio en busca de estupefacientes sufrió un impacto en las costillas, causándole una fractura, aunque sin peligro de vida.

Por su parte, el 8 de febrero, en Berisso, el brutal crimen de un joven de 22 años generó un clima de espanto y conmoción.

El dramático episodio ocurrió en 25 y 151, luego de que las partes (el fallecido y el acusado) mantuvieran un entredicho de palabras e insultos, por motivos que no trascendieron.

En medio de la gresca, voceros detallaron que el agresor extrajo un elemento punzante y le asestó una puñalada en la zona baja del esternón provocándole una grave lesión a la víctima. Tras el ataque, se dio inmediatamente a la fuga.

Ensangrentado y mal herido, el joven fue trasladado de urgencia al Hospital Larraín de Berisso, donde ingresó sin signos vitales.

Cabe mencionar que pese al esfuerzo y rápido accionar de los médicos, finalmente no pudieron hacer nada para salvarle la vida.