"Los inventados", un juego de ficciones y espejos

Juan Grandinetti protagoniza la película de Leo Basilico, Pablo R. Pandolfi y Nicolás Longinotti que se estrenó ayer en salas del país

Con esa voz suave y esa mirada siempre un poco triste y distante, Juan Grandinetti interpreta a un actor en la mala en “Los inventados”, película de  Leo Basilico, Pablo R. Pandolfi y Nicolás Longinotti donde el joven en cuestión, Lucas, ingresa en un retiro intentando mejorar su carrera. Allí, un prestigioso maestro que insta a los participantes a que inventen un personaje y se transformen en esa persona ficticia mientras dure el taller; pero luego, los estudiantes van desapareciendo misteriosamente.

Estrenada ayer en salas del país, Basílico define la película como una “comedia inusual”, extrañada, con momentos de absurdo y pasos de fantástico, que se mueve entre la realidad y la ficción, porque la ficción es invención pero la realidad también tiene tanto de invento. 

Basílico, que cita en diálogo con EL DIA a Ana Katz como influencia, relata el inicio de la película: “Los tres nos conocimos en la Universidad, hicimos nuestro primer largometraje juntos, ‘Las Bestias’”, cuenta, “y desde entonces quedó la idea de hacer una segunda película, pero esta vez queríamos hacer la próxima de manera más profesional, buscando financiamiento”.  En algún momento apareció el guión, escrito por Longinotti. Era otra versión de la historia: “Él quería hacer una película muy dialogada donde los personajes se contaran historias”, y eso se transformó en esta idea de “personajes inventándose personajes” que propone el maestro en el retiro, y que habilitaba “un juego de reglas claras como premisa. Nosotros hablábamos de artefacto: un mecanismo, que nos sirve para armar la estructura, que te permite jugar”.

El juego propuesto es el siguiente. Lucas asiste a un retiro de actuación con una consigna inquietante: cada participante debe fingir ser otra persona sin revelar nunca su verdadera identidad. Cuando uno de los actores desaparece inexplicablemente, Lucas parece ser el único que lo nota. Ahí donde la ficción y la realidad se vuelven intercambiables, la mentira vale tanto como la verdad.

- Hablás de un mecanismo, algo que, creo, remite a los mecanismos que usamos nosotros mismos, como personas: nos inventamos todo el tiempo, nos narramos todo el tiempo…

- Lo hacemos de manera consciente o inconsciente, y no somos el mismo según con quien hablamos… Estamos constantemente inventándonos personajes. Quisimos jugar con eso, nuestro protagonista todo el tiempo atina su personaje, y su personaje no está tan lejos de quién es el mismo, simplemente mejora algunas cosas a partir de sus aspiraciones, de cómo querría ser.

- ¿Cómo es filmar de a tres? ¿Es producto de la amistad o también está ligado a sus ideas, su ideología, en contra de esta cosa del genio director?

- Filmar de a tres no supone un problema. Hay áreas en las que cada uno es más fuerte y lo importante, además, es la confianza que nos tenemos. No pensamos exactamente lo mismo, pero vamos en la misma dimensión. En cuanto a la decisión de filmar de a tres, es ideológica, sí. De hecho, la primera película tenía algo más ambicioso, de código abierto, como el software, que si otra persona quisiera tomar los planos los usara… Pero sin dudas nos gusta eso. La teoría del autor sirve para explicar muchas cosas, pero en el cine hay un montón de cosas que decide el asistente de producción o el equipo, que tienen efectos inconmensurables en la película. Hay un montón de decisiones que se toman colectivamente, y a nosotros la idea de trabajar lo más horizontalmente posible nos gusta. 

- Hay una apuesta por la puesta en escena, por el vuelo fantástico. Y mencionabas que para esta segunda película querían hacer una película más grande. ¿Lo pensaron también en contra de cierto cine independiente, de la anécdota chica?

- Por un lado hay mucho prejuicio sobre el cine independiente. Pero es cierto que hay una tendencia de películas, que se tratan de gente que vuelve a su pueblo… Nosotros queríamos intentar acercarnos a una propuesta que se acercara a más gente, que pueda divertir, atrapar, siendo, claramente, una película de bajo presupuesto.

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