Otra vez reclamos por el estado del edificio del Hospital San Martín
Edición Impresa | 3 de Marzo de 2023 | 04:15

Una vez más se conocieron referencias sobre el deficiente estado edilicio que presenta el Hospital General San Martín, también conocido por los platenses como el Policlínico, en una situación que no es nueva, que resulta inaceptable para cualquier centro de salud y que, en este caso, resulta ciertamente desalentadora ya que se registra en uno de los nosocomios más prestigiosos y con mayor tradición en la Ciudad.
A partir del testimonio de una paciente que acude al servicio de Oncología, pudo corroborarse el pésimo estado que presenta uno de los extensos pasillos del subsuelo, tal como se publicó ayer en este diario. La foto que acompaña a la nota resulta ser una prueba elocuente.
Techos y paredes pandeadas, descascaradas, privadas de mosaicos en algunos sectores, con manchones de humedad. Falta de luz en el pasillo, cables del sistema eléctrico a la vista, manchones desprendidos del techo. El panorama que exhibe ese pasillo, al que transitan muchas personas, es ciertamente demostrativo de la falta de mantenimiento edilicia.
Hace poco tiempo se reflejaron en las columnas de este diario testimonios preocupantes sobre el estado del exPoliclínico, con un deterioro que afecta, por ejemplo, al pabellón Rossi que se encuentra recostado sobre 1 y 69.
Como bien se conoce, a poco de ser fundada la Ciudad, el Policlínico se convirtió en un hospital de excelencia, no sólo como lugar de atención para los platenses sino, también, como centro de derivación para enfermos de toda la Provincia que allí recibieron atención de primera calidad. A su vez, fue residencia para la formación de profesionales graduados en la Universidad platense, guiados por médicos prestigiosos.
Se ha dicho ya muchas veces que en la época de la fundación y en las primeras décadas de la Ciudad se construyeron grandes y flamantes hospitales públicos, como el Policlínico, el Hospital de Niños, el San Juan de Dios y, entre otros la ex Casa Cuna, con pabellones y varios pisos, que albergaron servicios de salud de excelencia y que integraron, junto a la facultad de Medicina de la UNLP y a los grandes hospitales privados que se sumaron, un polo médico de primer nivel en el país y en Sudamérica. Y, hay que decirlo, que supieron abordar las demandas de una población siempre creciente.
No es el momento aquí de lamentar que esa valiosa oferta sanitaria de los hospitales públicos haya decaído por imperio de numerosos factores. El desmedro de los servicios alcanzó primero a los planteles médicos y de auxiliares, desatendidos por sucesivas administraciones provinciales en sus justos reclamos laborales y, ahora, se ha sumado el grave problema de algunas obsoletas estructuras, construidas hace poco menos de un siglo y medio, que necesitan imperiosamente tareas de restauración y mantenimiento.
Una eficaz política sanitaria no puede en modo alguno desentenderse del estado que presentan los centros de salud. Con bien enfocadas partidas presupuestarias, el Estado provincial puede y debe recuperar la excelencia perdida por hospitales públicos, cuyas deficiencias edilicias actuales originan una más que justificada preocupación.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE