Mega canje de deuda: dura reacción de la oposición
Edición Impresa | 6 de Marzo de 2023 | 04:49

El Gobierno se apresta a cerrar hoy un mega canje de deuda por 9,8 billones de pesos que vencerían entre abril y julio. Camino a las elecciones, el objetivo es despejar el horizonte y patear esas obligaciones para más adelante, hasta 2024 o 2025, cuando ya la Casa Rosada esté bajo otra administración. Algo que desató ayer la dura reacción de Juntos por el Cambio, que a través de un comunicado advirtió sobre lo que denominó como “una nueva maniobra del Ministerio de Economía que solo traerá más inestabilidad” y que, según alertaron diputados y senadores, “podría desembocar en un salto inflacionario aún mayor”.
La coalición opositora le apuntó así a la operación que, según se prevé, terminará de concretar este mediodía el secretario de Finanzas, Eduardo Setti (y posiblemente el ministro Sergio Massa), cuando se reúna con los principales banqueros y ejecutivos de companías de seguros en la sede del Palacio de Hacienda.
Si bien las negociaciones siguen abiertas y todavía quedan detalles por ajustar, trascendió que las entidades recibirían nuevos bonos emitidos por el Tesoro con vencimientos escalonados para 2024 y 2025 y bajo dos modalidades: el 80% de los títulos se ajustarán por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER, que toma como base la inflación) y el 20% restante serán bonos duales, que brindarán cobertura ante un salto en el tipo de cambio oficial.
La transacción, según se adelantó oficialmente, incluirá también un decreto para llevar adelante un canje de deuda intra sector público. Es decir que los bonos en pesos emitidos por el Tesoro que están en manos de la Anses, el Banco Central y otras reparticiones ingresarán automáticamente en el acuerdo. El grueso de esa deuda vence en el segundo semestre de este año.
Aunque en el propio ministerio de Economía admitían ayer que es imposible conseguir un 100 por ciento de adhesión, se conformaban con que entre un 70 y 80 por ciento de los bonistas acepte el plan para aliviar, siquiera de manera temporal, la economía de su enorme carga de deuda en pesos.
Cuestionamiento opositor
Mientras en el Gobierno buscan con este canje alejar la chance de un cimbronazo cambiario cerca de las elecciones (evitando que los tenedores de bonos en pesos busquen cobertura en el dólar en lugar de refinanciar), en Juntos por el Cambio (JxC) cuestionaron que la operación “les dará a los bancos una opción que ningún inversor tiene: un ‘bono dual’ ajustado por inflación o devaluación y la posibilidad de vender todos los títulos al Banco Central en cualquier momento”.
En un comunicado conjunto titulado “Una nueva maniobra del Ministerio de Economía que solo traerá más inestabilidad”, diputados y senadores opositores aseveraron que la medida implicaría “un seguro de cambio para los bonistas (bancos)” y que la deuda local “que vencía cada tres meses, ahora -en la práctica- tenga vencimientos diarios. Todo ello extendido hasta 2024”.
Según los legisladores de JxC, “esta acción supondrá un enorme riesgo para los argentinos, ya que podría desembocar en un salto inflacionario aún mayor al ya producido por este Gobierno, además de generar serios problemas a la gestión presente y futura”. Aseguraron a su vez que “esta intromisión constituye una violación a los principios de la Ley de Administración Financiera y la propia Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina”.
La propuesta de la Rosada a los banqueros y compañías de seguros fue criticada también por el diputado y uno de los economistas de referencia del PRO, Luciano Laspina, quien en declaraciones radiales dijo que la deuda es “una bomba que hay que frenar. La deuda creció muchísimo y en un ritmo récord. Este año, el PBI va a caer un 3% o 4%”.
La Argentina, según Laspina, “está en una situación crítica, muy grave. Hay métricas y condiciones que tiene la economía como las que tenía a finales de los ’80”. En ese sentido, propuso “ir desarticulando el cepo cambiario de a poco, pero primero hay que mostrar que el Gobierno pudo encaminar sus cuentas”.
En la misma línea, el diputado Fernando Iglesias recurrió a Twitter para advertir que “el plan bomba de Sergio Massa no es solo contra el próximo gobierno, sino contra todos los argentinos”.
Por parte del oficialismo, uno de los primeros en salir al cruce de la acusación opositora fue Sebastián Galmarini, cercano a Massa y director del Banco Provincia: “¡Díganlo sin vergüenza! Quieren que explote Argentina no solo por especulación electoral contra el Gobierno. También hacen negocios. Desean que no se paguen las deudas en pesos, se devalúe la moneda y se descontrole la inflación, al mismo tiempo que pierde valor el salario. Ya lo hicieron”, disparó en Twitter.
Sobre la cuestión también se había interesado la precandidata presidencial del PRO, Patricia Bullrich, que días atrás participó de un almuerzo con banqueros locales que le reclamaron no “reperfilar” la deuda en caso de resultar electa.
Desde Juntos, la semana pasada matizó el diputado nacional y economista Martín Tetaz, al decir que apoya el canje que se anunciaría hoy, pero “porque a nosotros ni a nadie le conviene que esto explote en los próximos meses”.
Reservas en la mira
Más allá de lo que puede pasar hoy con el canje de deuda, los ojos del mercado estarán puestos también en el comunicado del Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciando las nuevas metas (fiscales, monetarias y cambiarias) del cuarto trimestre de 2022, junto con el cambio de objetivos trimestrales y anuales de acumulación de reservas de 2023.
“Se está trabajando la proyección de soja y de maíz de segunda, más el impacto de la gripe aviar, que restarán US$330 millones en exportaciones. El tema es en qué trimestres se calzan y cómo se computan para la meta de acumulación de reservas anual”, comentaron en Economía sobre las negociación con el Fondo, que incluye una suerte de “metas móviles” y variables según impacte la sequía.
Y es que el drama de la sequía que golpea al agro, con su consecuente merma en las exportaciones y una menor entrada de dólares complejizan cada vez más el escenario.
Por caso, el economista Fernando Marull calculó que aunque el FMI baje la meta a diciembre de US$12.125 millones a US$6000 millones no se llegaría, ya que estima para fin de año reservas netas por US$3449 millones.
Para dar una idea mejor, el especialista graficó: “Si faltaban US$5.000 millones en todo 2023, con dólar vino -el tipo de cambio diferencial dirigido al sector vitivinícola que regirá en abril y que equivale a US$1.000 millones de exportaciones- el escenario no cambia porque lo que se exportaba durante el 2023 o el segundo semestre se adelanta a abril. Faltan medidas como un dólar soja 3 o algo similar”.
Si bien las negociaciones siguen abiertas y todavía quedan detalles por ajustar
Los ojos del mercado estarán puestos también en el comunicado del FMI
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