Más que seco, este verano ya es “árido” en la Región

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El verano de 2022/23 es el tercero más seco en Argentina desde 1961 hasta la actualidad, mientras que el pasado mes de febrero fue el segundo más seco para el mismo período con un 41,9 por ciento menos de lluvia que el promedio, según reveló el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

“El verano 2022/23 es el tercero más seco en Argentina para el periodo 1961-2023. En primer y segundo lugar quedaron las temporadas estivales de 1961/62 y 1988/89”, escribió el SMN en su cuenta Twitter y precisó que “se registró un 29,1 por ciento menos de lluvia que lo normal”.

En ese sentido, el organismo precisó que el AMBA, La Plata y la provincia de Corrientes tuvieron “su verano más seco”. También resultó ser el verano más seco en Formosa capital, Paso de los Libres y Campo de Mayo/San Miguel.

El SMN explicó que febrero de este año se destacó “por la falta de lluvias” y se transformó -a nivel país- en el segundo febrero más seco del periodo 1961-2023, con un 41,9 por ciento menos de lluvia que el promedio.

Los febrero más secos hasta el momento fueron en 1972 con 45,7% lluvias menos; 2023 con 41,9%; 2018 con 40,2%; 1993 con 37,1%, y 1989 con 35,7%.

SE “DERRITEN” ZONAS DE LA ANTÁRTIDA

Mientras, el casquete polar de la Antártida se redujo a niveles récord en febrero por segundo año consecutivo y la capa de hielo diaria llegó a su mínimo histórico, según informó el observatorio europeo del clima Copernicus.

El área helada del océano que rodea el continente antártico tenía una superficie de 2,09 millones de kilómetros cuadrados el 16 de febrero, el nivel más bajo desde que empezó a ser medida en 1978, indicó Copernicus.

En tanto, la “extensión de hielo diaria” en el Antártico, que es otro indicador importante, “también llegó a un mínimo histórico, superando el récord previo de febrero de 2022”, explicó el servicio de monitoreo. El Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve estadounidense ya había alertado el mes pasado de esta reducción de la masa helada, pero con una superficie menor, de 1,79 millones de kilómetros cuadrados.

Copernicus atribuyó esta divergencia de datos a “diferentes algoritmos” de medición de la zona. La extensión de hielo sobre el océano en el Polo Sur se achica y se repone cíclicamente cada año, con las variaciones de cada estación, pero la reducción detectada por los servicios de vigilancia europeos y estadounidense se profundizaron.

 

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