Estacionar, misión imposible: buscan promover las cocheras en altura

Ante las enormes dificultades para dejar el auto sin dar mil vueltas, transar con trapitos y alejarse varias cuadras del destino, los platenses piden soluciones. El municipio explora variantes en torres y bajo nivel “a corto y mediano plazo”

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Doble y triple fila, ochavas, rampas de garajes, veredas, plazas y parques, ramblas y bulevares. Cuando se trata de estacionar a la desesperada, a los platenses no les tiembla el pulso y son capaces de hallar la aguja en el pajar... o inventarla. En las horas pico, se sabe, el colapso de las plazas para dejar el auto particular es total, tanto en los sectores medidos como en los gratuitos, y muchos conductores empiezan a dar vueltas haciendo su aporte al desquicio general del tránsito. Este panorama, y el crecimiento del parque automotor -se calcula una unidad cada 1.8 habitantes- renueva el debate sobre las estrategias a abordar para revertirlo: ¿cocheras subterráneas? ¿En altura? ¿Estímulos para constructores de edificios que aporten espacios? ¿Promoción del desarrollo vertical y la densificación urbana? ¿Impulso al transporte público? ¿O todas a la vez?

Según un sondeo realizado por este diario, ya que en este campo -como en muchos otros- las estadísticas oficiales no existen, no abundan o es casi imposible obtenerlas, hay un centenar y medio de cocheras comerciales habilitadas en la Ciudad, y otro medio centenar de informales. De todos modos, está demostrado que no “mueven el amperímetro”, y dado que no se acrecientan significativamente en cantidad, es poco probable que lo hagan en el corto plazo. Esta escasez se combina, como en un cóctel amargo, con el “dejar hacer” de las sucesivas administraciones municipales, que hasta ahora no han logrado dar en la tecla; apenas la implementación del sistema del estacionamiento medido causó un shock inicial positivo, pero luego motivó el desplazamiento de autos hacia las áreas no alcanzadas por la restricción.

En la Municipalidad advierten la elevada demanda y la menguante oferta de lugares, y dicen que planean combatir este desequilibrio con edificios de cocheras, aunque en un proyecto mucho más ambicioso se contemplan “áreas de transferencia en la circunvalación del casco histórico y un metrobús” que, por cierto, requerirían de importantes inversiones, reorganización y un tiempo de implementación que describen como “no inmediato”.

“Se trabajó el tema del estacionamiento en altura en toda la ‘Zona 30’, que es como llamamos en el marco del Plan Estratégico a la delimitada por las avenidas 1, 13 44 y 60” precisan los portavoces de la Comuna: “Queremos potenciarla y jerarquizar a los peatones, para lo que estamos desarrollando un plan de veredas que garantiza accesibilidad y transitabilidad, como parte de un conjunto de medidas que también contempla restricciones para vehículos particulares y el ‘aggiornamiento’ de la normativa vigente, que ya está muy avanzado, para respaldar la construcción de cocheras en altura”.

Levantando la mira

“Actualmente, los estacionamientos elevados de varios niveles no son rentables para los inversores, porque en los lotes deben dejar un espacio libre, por las exigencias del FOS (Factor de Ocupación de Suelo), que condiciona mucho la posibilidad de incorporar rampas, y los montacargas y ascensores elevan los costos”, puntualizan desde la Comuna. “Hay que tener en cuenta que si en una planta baja promedio caben 38 autos, en un edificio de diez niveles pueden entrar 200.

Afirman que los emprendimientos deberán tener una fachada ‘verde’ y minimizar su impacto urbano. “En el caso de las cocheras subterráneas, nos hemos reunido con inversores interesados, y no hay impedimentos de factibilidad ni medioambientales, pero los costos son altos y la coyuntura de crisis impone reparos; en cambio, en altura la cuestión es más accesible y tiene plazos más cortos, porque se trata de obras civiles con estructuras más sencillas a nivel constructivo”.

La problemática que aqueja a los platenses no es ajena a otras metrópolis. Algunas, como Mendoza y Mar del Plata, retomaron la construcción de estacionamientos subterráneos. En el caso de La Feliz, con cien dársenas bajo plaza España que serán explotadas por concesión, y se espera que estén disponibles para la próxima temporada estival. En el enclave cuyano, refrescaron una iniciativa de hace algunos años que propone la construcción de cocheras bajo nivel en los principales accesos al centro y otros “lugares estratégicos”, por donde pasan diariamente unos 260 mil vehículos.

La dificultad para estacionar es un problema prioritario cuando se consulta a los conductores”

Otra capital de peso como Córdoba cuenta con cocheras bajo la plaza de la Intendencia, recientemente refaccionadas. En CABA, se reformularon las normas para permitir estacionar en ambos lados de las calles, con lo que calculan que se agregarán “cerca de 40.000 lugares”.

De acuerdo con un informe del Observatorio de Movilidad Urbana del Gran La Plata, orientado a los atractores de viajes por motivos sanitarios, uno de los dos principales problemas que mencionan los usuarios de automóviles particulares es “la dificultad de encontrar estacionamiento”, a la par del “mal estado de las calles”: uno de cada cinco encuestados hizo hincapié en el tema. En el Observatorio concluyen que nuestra ciudad, “al igual que la mayoría de las ciudades intermedias de nuestro país”, no disponen de “espacios y edificios de estacionamiento acordes con las actuales y futuras tasas de motorización de los hogares”. Los investigadores consideran “urgente”, en esta coyuntura, mejorar la oferta del sistema de autotransporte de pasajeros. En total, se estima que hay en la Ciudad unos 400 mil autos, a los que se suman los que llegan por motivos puntuales, y los micros y camiones.

TIRA PARA ABAJO

La historia de las cocheras subterráneas en nuestra ciudad, que es más bien una historia de impulsos truncos, tiene algunos capítulos contemporáneos. Allá por 1987, en pleno reverdecer democrático, el ministerio de Obras y Servicios Públicos bonaerense proyectó la construcción de 1.100 espacios bajo la explanada central de la plaza Moreno. Con la anuencia de la Comuna, iban a ejecutarse en dos niveles, con acceso por calle 12 y salida por 14, frente a la Catedral. Por entonces, se esperaba una fuerte demanda por la inminente inauguración de las dos torres administrativas que flanquean al Palacio Municipal, que se habilitaron a fines de ese año.

Uno de los principales proyectistas relató oportunamente a este diario que “se previó levantar y reponer el embaldosado central, contando con la ventaja de la inexistencia de forestación en ese sector. También se constató que no existían canalizaciones ni corrientes subterráneas que obstaculizaran los trabajos. Sólo había que preservar con un recinto especial la piedra fundamental de la Ciudad. Al final, por razones ajenas al diseño, no se hizo”.

Menos de diez años más tarde, en 1995, el grupo empresario que había adquirido en 1992 el monumental edificio del ex Jockey Club, en 7 entre 48 y 49, anunció que allí se iba a levantar un shopping, y en el sector del inmueble que da a calle 49 se iba a erigir una cochera de ocho niveles. Más allá de las polémicas por la eventual destrucción de patrimonio, el asunto no avanzó.

La secuencia se repitió a fines de los ‘90. En mayo de 1998, la Comuna llamó a licitación para crear un millar de plazas de estacionamiento debajo de dos plazas, Moreno y San Martín, un plan que sería complementado con la generalización del estacionamiento medido en superficie, y su encarecimiento respecto de la opción bajo nivel.

“Los cuidacoches no paran de ganar terreno y hay zonas en donde son una pesadilla”

Los pliegos preveían que a mediados del ‘99 un concesionario privado comenzaría a explotar la flamante oferta, con “tarifas diferenciadas que pueden trepar por hora hasta 1,20 pesos” -por entonces equivalentes a U$S1,20. Pagaría al erario público un canon mensual de 30 mil pesos. Pero en diciembre de 1998 los concejales de la Alianza, entonces opositores en el plano doméstico, le bajaron el pulgar a la iniciativa.

La Comuna no dio el brazo a torcer, y llegado el nuevo milenio, determinó que para resolver el problema de la falta de estacionamiento en el centro platense se debían colocar 1.416 cocheras subterráneas bajo las plazas San Martín y Moreno. Entonces, el proyecto se aprobó y fue preadjudicado a una importante firma. Pero un grupo de instituciones ambientalistas y de defensa del patrimonio interpuso un recurso judicial contra la Municipalidad, preocupado por el impacto ambiental de la iniciativa y la destrucción de los emblemáticos espacios verdes. La Justicia hizo lugar al amparo, y las obras no pudieron iniciarse.

La iniciativa reapareció hace una década y media, cuando se anunció que podría reflotarse un plan que ya no sólo abarcaría a las plazas San Martín y Moreno, sino que se extendería a las plazas Italia y Rocha. Pero la polémica regresó, y todo volvió a quedar en la nada.

GUARDIANES DEL CAOS

En el complejo ecosistema del tránsito local, en el que todos intentan sacar alguna ventaja, los cuidacoches no paran de ganar terreno y hay zonas en donde se han transformado en una pesadilla. Si bien protagonizar la actividad constituye una contravención a la normativa local, las multas brillan por su ausencia. Y los “trapitos” más ambiciosos se sienten tentados a ampliar su clientela de manera extorsiva; ya no buscan solamente cosechar propinas voluntarias -o sumar billetes con el lavado de los coches-, sino que fijan sumas arbitrariamente por sus presuntos servicios, y de acuerdo con las denuncias vecinales, consumen bebidas alcohólicas y reaccionan con agresividad si alguien se acerca a recriminarles esos desplantes.

“Pagamos dos veces por estacionar, es inaudito” reflexionan: “a la Municipalidad por el sistema medido, y a los trapitos que son dueños y señores de la cuadra”, indicaron días atrás en la zona de 5 y diagonal 77, donde uno de estos personajes terminó detenido por exigir “sumas exorbitantes” mediante amenazas.

 

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