Aliados de Lula dicen que está “lento y un poco asustado”
Edición Impresa | 12 de Mayo de 2023 | 02:36

El líder del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, el economista Joao Pedro Stédile, aseguró ayer que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, su histórico aliado, está “lento” y un poco “asustado” para tomar decisiones clave, debido a que en los últimos seis años hubo un retroceso de los derechos y de las luchas sociales en el país, en las gestiones de Michel Temer y Jair Bolsonaro.
Stédile aseguró que el agronegocio brasileño tiene una forma de producir commodities que no tiene futuro porque se hace en base a la deforestación, y defendió la gestión del ministro de Economía, Fernando Haddad, a quien calificó como un bombero que apaga incendios dejados por el bolsonarismo en la macroeconomía.
“¿Qué criticamos y volvemos a criticar? Que el Gobierno es demasiado lento. Perdió demasiado tiempo. En cien días, ya debería haber adoptado un programa de emergencia con la compra de alimentos. Y recién ahora están anunciando recursos para esto. Un mayor volumen de alimentos tarda cinco o seis meses en estar disponible para los necesitados”, declaró Stédile al diario Folha de Sao Paulo.
Stédile se refería a las designaciones en la Compañía Nacional de Abastecimiento, el órgano del Gobierno para regular el stock y el precio de los alimentos de la canasta básica de alimentos, que fue desmantelado en los años de Bolsonaro (2019-2022).
El MST, aliado de Lula, fue criticado por el ala derechista del gobierno que controla el Ministerio de Agricultura por la ocupación de campesinos sin tierra de un edificio público, y parte de la oposición quiere crear una comisión investigadora del movimiento en el Congreso considerando que la lucha por la reforma agraria debe ser criminalizada.
En ese marco, Stédile indicó que el gobierno de Lula “en general está un poco asustado” sobre todo porque “sufrió un verdadero intento de golpe de Estado”, en alusión al ataque de cientos de seguidores de Bolsonaro a la sede de los tres poderes del Estado en Brasilia en enero pasado para tratar de forzar al Ejército a derrocar a Lula.
“No es que toda la gente del gobierno se asuste, es que se crea un clima en el cual todo debe estar más cuidado, por la forma en la que ganamos las elecciones, que fueron muy tensas. Ciertos funcionarios no estaban acostumbrados a la lucha social, sobre todo porque fueron seis años de derrota de la lucha social. Entonces cuando volvieron las ocupaciones (por la reforma agraria) algunos se asustaron”, dijo.
El economista Stédile, un habitual interlocutor de los movimientos sociales brasileños con el papa Francisco y que acompañó a Lula en el viaje a China de abril pasado, sostuvo que las cortes tienen fallos garantizando la ocupación de tierras improductivas para reclamar por la reforma agraria.
Según Stédile, hay 80.000 familias acampadas en el campo brasileño esperando por tierra para producir alimentos.
El economista aseguró que el agronegocio no produce alimentos y sí commodities para exportar y se ve beneficiado por la deforestación amazónica para ampliar sus negocios.
Además, acusó al poder ruralista en el Congreso de intentar criminalizar al MST para ocultar los crímenes ambientales cometidos para expandir la frontera agrícola ganadera como ocurrió en los años de Bolsonaro.
“Los diputados ruralistas pretenden ponernos en el punto de mira para proteger los delitos ambientales que están cometiendo. ¿Quién promueve la deforestación? Quieren ocultar su lado sucio”, dijo.
“Quieren ocultar las invasiones que hacen en territorios indígenas. Y nos llaman invasores a nosotros. Incluso manipulan este concepto legal, ya que nuestras ocupaciones no tienen nada que ver con la invasión”, sostuvo.
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