Edulcorantes: no ayudan a adelgazar y pueden dañar la salud
Edición Impresa | 16 de Mayo de 2023 | 02:37

La Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en su mira a uno de los productos más utilizados en el mundo para evitar engordar. En una advertencia difundida ayer, el organismo internacional alertó que los edulcorantes no sólo no resultan efectivos para controlar el peso a largo plazo sino que pueden tener efectos indeseados si se usan por mucho tiempo, como el aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, de enfermedades cardiovasculares y de mortalidad en adultos.
Por eso el organismo sanitario desaconsejó su uso y señaló que, en general, la gente debe reducir el dulce de su dieta, y debe hacerlo desde edades tempranas para gozar de una mejor salud.
“Reemplazar los azúcares libres (los refinados y los naturales presentes en las frutas, miel y otros) por edulcorantes no ofrece ningún beneficio a largo plazo en términos de reducción de grasa en el cuerpo en adultos o niños”, aseguró la organización rectora de la salud pública a nivel global.
Entre los productos específicos que se desaconsejan figuran el acesulfamo K, aspartamo, advantame, ciclamatos, neotame, sacarina, sucralosa, así como también la stevia y sus derivados.
“La gente necesita considerar otras maneras de reducir el consumo de azúcares libres, como consumir alimentos que naturalmente contienen azúcares, como las frutas; o alimentos y bebidas que no sean dulces”, indicó el director de nutrición y seguridad de los alimentos de la OMS, Francesco Branca, al señalar una indicación que “se aplica a toda las personas, excepto a aquellas con diabetes preexistente”.
La nueva recomendación de la OMS incluye tanto a edulcorantes sintéticos como a naturales o modificados, “que no estén clasificados como azúcares que se encuentran en las bebidas y alimentos industriales” o que sean vendidos por separado para ser agregados por el consumidor.
Por otra parte, la organización aclaró que su posición en relación a los edulcorantes no se aplica a productos de cuidado o higiene personal que los puedan contener, como pastas de dientes, cremas para la piel o medicamentos.
Tampoco implica a los azúcares bajos en calorías o alcoholes de azúcar, ya que éstos son derivados del azúcar y contienen calorías, por lo que no se les considera edulcorantes.
Este conjunto de recomendaciones está basado en las conclusiones de la revisión de evidencia científica y forma parte de los esfuerzos de la OMS para que los países adopten políticas que favorezcan hábitos de alimentación saludables y dietas de calidad, lo que reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas.
CÓMO AFECTAN
Aunque hace tiempo que algunos científicos sospechan que existe una relación entre los edulcorantes artificiales y la obesidad en los seres humanos, hasta el año pasado esta relación sólo había podido demostrarse en ratones de laboratorio.
“La gente necesita considerar otras maneras de reducir el consumo de azúcares libres”
Fue recién en 2022 que un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia Weizmann en Israel logró demostrar que los edulcorantes artificiales no sólo alteran los microbios que viven en los intestinos de los seres humanos (que son fundamentales para suministrar nutrientes esenciales, sintetizar la vitamina K y digerir las fibras alimentarias, entre otras cosas), sino que algunos pueden afectar a la rapidez con la que el organismo elimina el azúcar de la sangre después de una comida. Y, como se sabe, cuanto más tiempo permanezca la glucosa en la sangre, mayor será el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades renales crónicas.
”Se utilizan con la esperanza de darnos el sabor dulce sin tener que pagar el precio calórico, pero los edulcorantes no nutritivos no son inertes en los humanos”, explicó el médico inmunólogo Eran Elinav, uno de los responsables de la investigación.
Cada ser humano alberga una flora única de bacterias, virus y hongos que viven de forma natural en el intestino, la nariz, la boca y en la piel y los ojos. Esta comunidad, llamada microbioma, se siembra al nacer, y no sólo ayuda a la digestión, sino que también protege contra los patógenos y apoya el sistema inmunológico.
La alteración del microbioma se produce porque los edulcorantes no nutritivos, aunque sean nulos o bajos en calorías para el ser humano, sirven de nutrientes para algunos microbios, que luego proliferan. Esto provoca un desequilibrio en las poblaciones microbianas que puede causar inflamación intestinal crónica.
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