Es menor punible, asaltó un negocio y quedó libre
Edición Impresa | 19 de Mayo de 2023 | 03:34

La problemática de la minoridad y el delito escribió un nuevo capítulo en la Ciudad. Y uno al que los vecinos no le encuentran lógica ni explicación.
Con los “Hermanos Macana” llevándose todos los flashes de la peor de las famas, que hasta los lleva a jactarse de esa denominación y frenar ante cualquier móvil de prensa para presentarse como tales, hay otro adolescente, de 17 años, que entró y salió de la comisaría.
Pese a que se trata de un menor punible y que asaltó -con una pistola 22- una heladería en 122 entre 80 y 81, de donde huyó con casi 10 mil pesos de la recaudación, la Justicia del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de nuestra ciudad ordenó que la Policía lo entregara a sus progenitores.
En el barrio nadie entiende esa decisión. Y tienen miedo y, la casi seguridad, que ese chico volverá a delinquir en la zona.
Por lo bajo, frente a esta situación, conocida como “puerta giratoria”, los funcionarios policiales se muestran azorados y reconocen que “un día de estos matan a alguien”.
Claro que, ante al decisorio judicial, nada pueden hacer, más que cumplirlo.
El joven está acusado de haberle gatillado al empleado de una heladería “Gustito” para sacarle los 9.400 pesos que tenía en la caja registradora.
Por fortuna, las balas no salieron y no hubo que lamentar víctimas. De haberla existido, ¿le habrían otorgado la libertad? Alguien se animan a decir que sí.
Una vez cometido el atraco, el precoz delincuente escapó corriendo. Sin embargo, efectivos de la UTOI, que en ese momento estaban de recorrida por la zona, recibieron un llamado desde el sistema de alerta 911 e inmediatamente acudieron para brindar asistencia.
Al ver al sospechoso escapando a la carrera, salieron tras sus pasos y le dieron alcance a los pocos metros.
Así, tras una breve requisa, lograron recuperar la plata y secuestrar el arma utilizada.
TRISTE FAMA
Como se dijo, el caso de los “Hermanos Macana” ya es muy conocido en la Ciudad.
No pasan los 16 años, pero entre ambos llegan fácil al medio centenar de causas por delitos contra la propiedad. Por lo general, robos y escruches, su especialidad.
“Acá falla todo”, reconoció un vocero. “Primero la familia, que está ausente o rota. Esa es la primera barrera de contención. Después el Estado, que no puede recomponer nada y no trabaja sobre los valores, las normas o la educación de estos chicos, que están en problemas y pueden terminar mal. Matando a alguien o muertos”, agregó.
“Por lo general, están en una espiral delictiva. Empiezan con escruches u otras cuestiones menores y después ya aparecen en distintos hechos con armas. Una verdadera locura y que no está siendo tratada como corresponde”, concluyó.
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