Marina Closs: “Ser sincera es casi mi oficio”

En el libro de cuentos “Pombero” la escritora misionera Marina Closs vuelve a transitar el cruce entre lo imaginario, la mitología y la religión de pobladores originarios y conquistadores, para reflexionar sobre la construcción de una identidad sincrética, dada tanto desde la autopercepción de sus personajes como por aquello que escapa de su control.

Son textos poderosamente cadenciosos, recitados, que a partir de la repetición permiten transformar realidades o hacer reales identidades que antes no existían. Si los títulos de los siete cuentos que forman el “Pombero” publicado por Páginas de Espuma se leen encadenados, saltando los nombres de los protagonistas que aparecen entre paréntesis en cada uno de ellos, queda: “Si yo fuera alguien/ No sería/ Esto /Nunca y tampoco/ Lo otro/ Quizá mejor/ Casi nadie”.

El libro trae un subtítulo sugerido, no en la tapa, sí en la apertura de las primeras páginas, donde debajo de “Pombero” -ese ser mágico y maligno, duende cuidador de la naturaleza a la vez que asesino de niños y violador omnipresente en el folclore del litoral, del que Mariana Enriquez señaló una vez su extrañeza de que no tuviera literaturas dedicadas a él-, se lee “Alguien, uno solo o nadie”.

La inmersión en la infancia pareciera también vincular estos relatos desde un lugar hermoso, porque cuentan infancias no sacralizadas, desromantizadas. Está la vergüenza de la niña casada Dunka y el goce inocente y festivo que descubre junto al cuerpo de otros niños; están los alumnos de María das Luzes, macumbera, que no la obedecen como los varones adultos y que tampoco son capaces de sentirle lástima; o el relato desencantado de Juan Pablo Jabalí Yalopi, devenido de la cosmogonía qom y wichi rescatada por Orlando Sánchez y Ernesto Avendaño.

Nacida en Misiones en 1990, Closs es licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y publicó entre otros libros “Tres truenos”, Premio Fondo Nacional de las Artes, finalista del español Finestres; “Álvar Nuñez: trabajos de sed y de hambre”, Premio Angélica Gorodischer; “Monchi mesa”; “Tascá Skromeda” y “La despoblación”, Con “Pombero” fue finalista del reconocido premio narrativa breve Ribera del Duero.

“Todos los relatos contenidos en este volumen son obras de ficción” y se nutren “de textos y formas orales propias de mi territorio y no tiene otra pretensión de realidad que la de alzar una pequeña voz de miedo antes el tiránico español monótono”, advierte Closs al final de “Pombero”, libro que habla también de reconocerse y experimentarse

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La atracción que ejerce sobre su obra la Conquista y la religión vuelve a tejer los hilos de escritura. “¡Todo vuelve siempre!”, dice a Télam la escritora que pareciera haber trabajado sobre la identidad desde el cruce con otras lenguas y relativizando la idea de autopercepción, como si sobre estos cuentos gravitara la noción de que una persona se construye no solo con aquello que la identifica sino también con lo que está fuera de su control.

“Hay una cosa que, en la vida, se aprende. Y es: a no mirar la cara de la gente, dejar que lo que escape del otro pase por al lado de nosotros, sin volver hacia eso la mirada. Olvidarlo ahí, dejarlo ser. Es una cordialidad entre nosotros”, dice Rosita, la estilista trans que no se reconoce en su madre, quien se pregunta, en lo que suena más a una demanda clasista que de género, por qué transformó el Alfonso en Alfonsina, si en la familia no hay nadie con el nombre de Rosa.

Eso que está en la cara pero no es la cara, el gesto que escapa a la expresión, está también en la delicadeza de los rasgos de la abuela japonesa que su nieta intenta conservar cerrándole la boca cada vez que se duerme con la cabeza echada hacia atrás en el sillón, un rostro que se va volviendo más denso y asombroso a medida que se acerca a la inexpresividad de la muerte; o en el Pombero que come niños y cuida pájaros, y que cada quien reconoce según nociones y percepciones propias y subjetivas.

LA AUTORA

Marina Closs es una escritora misionera que nació en Aristóbulo del Valle en 1990. Desde pequeña se interesó por la literatura y la oralidad de su región, donde conviven las culturas guaraní, criolla y europea. Estudió Cine en la Universidad Nacional de Misiones, pero luego se mudó a Buenos Aires para estudiar Letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se licenció y actualmente es becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

Su obra se caracteriza por explorar el cruce entre lo imaginario, la mitología y la religión de los pobladores originarios y conquistadores, así como por reflexionar sobre la construcción de una identidad sincrética y diversa. En sus textos se percibe una fuerte influencia de las formas orales propias de su territorio, que le dan un ritmo cadencioso y recitado a su narrativa. Como ella misma dice: “Todos los relatos contenidos en este volumen son obras de ficción” y se nutren “de textos y formas orales propias de mi territorio y no tiene otra pretensión de realidad que la de alzar una pequeña voz de miedo ante el tiránico español monótono”.

Entre sus libros publicados se encuentran: “Tres truenos” (2017), Premio Fondo Nacional de las Artes y finalista del español Finestres; “Álvar Núñez: trabajos de sed y de hambre” (2018), Premio Angélica Gorodischer; “Monchi mesa” (2019), finalista del Premio de Novela “Sara Gallardo”; “Tascá Skromeda” (2020) y “La despoblación” (2020). Su último libro es “Pombero” (2021), una colección de cuentos que fue finalista del reconocido premio narrativa breve Ribera del Duero .

Marina Closs es una escritora que ha logrado crear un universo propio, donde lo fantástico y lo real se entremezclan con una voz singular y potente. Su obra es un testimonio de la riqueza cultural y lingüística de su provincia natal, así como una invitación a descubrir otras formas de ver y sentir el mundo.