Raúl Masi
Edición Impresa | 26 de Mayo de 2023 | 04:34

A los 84 años, falleció el abogado y profesor universitario Raúl Alfredo Masi. Respetado por su larga y comprometida carrera tanto en el ejercicio del Derecho Civil como en la enseñanza, y apreciado por los destacados atributos de su personalidad, su muerte despertó sentidas muestras de pesar.
“Lalo”, como lo llamaban en su entorno, había nacido en esta ciudad el 28 de octubre de 1938. Hijo de Alfredo Masi, quien fuera presidente de la Cámara federal de La Plata y reconocido referente del Partido Conservador Popular, y de Ethel Dulau Dumm, creció junto a su hermana “Mana”.
Toda su formación estuvo vinculada a la Universidad Nacional de La Plata, ya que completó la educación primaria en la Escuela Anexa, se recibió de Bachiller en el Colegio Nacional y luego se graduó en la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de esa casa de altos estudios.
Dividió su trayectoria profesional en dos direcciones: por un lado se desempeñó durante décadas como abogado jefe en la casa matriz del Banco Provincia, y por otra parte, dedicó largos años a enseñar en las universidades, pues fue profesor en la cátedra de Derecho Civil III de la UNLP, y de Derecho Civil IV de la Universidad Católica de La Plata -UCALP-. También tuvo a su cargo la materia Derecho Privado I en la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional.
Tuvo una vida de lo más activa. Escribió distintos libros sobre Derecho; fue, hasta sus últimos días, vicepresidente de la Asociación de Jubilados del Banco Provincia; y participó de las iniciativas de la federación de Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata.
Militante del peronismo (fue vicepresidente de la Juventud de ese movimiento de La Plata) fue integrante de la Unión de Abogados Justicialistas -UAJ- del Colegio de Abogacía de La Plata.
Se había casado con Alicia Miguel, también abogada pero dedicada al derecho laboral. Fue padre de tres hijos: Juan Pablo (juez de Garantías); María Eugenia (arquitecta); y Julieta (odontóloga).
Le apasionó su rol de abuelo. Y solía organizar almuerzos y cenas para reunirse especialmente con sus nietos Pilar, Alfredo, Renato, Alejo, Otto y Max.
También valoró la amistad y supo conservar por esa razón los grupos de compañeros de estudios y de trabajo.
Reflexivo y siempre con la palabra justa en el momento adecuado, fue un conciliador nato.
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