Un celular robado destapó una red de delincuencia

Una familia vivió durante la madrugada del pasado jueves un verdadero calvario luego de que fueran sorprendidos por cuatro delincuentes armados y violentos cuando se encontraban descansando.

La situación de inseguridad se caracterizó no sólo por la decisión con la que actuaron los malvivientes sino también por la sincronización y rapidez de sus acciones y por los elementos que utilizaron tanto para abrirse paso en la casa como para amedrentar a las víctimas.

El hecho tuvo lugar en calle 650 entre 1 y 2, Arana. Las víctimas resultaron ser un contador de 62 años, su esposa y sus hijos que, como se indicó, al momento del atraco se encontraban durmiendo.

Si bien el caso es materia de investigación, por los indicios hallados en la escena, todo apunta a que los ladrones se colaron en la propiedad tras saltar un muro perimetral.

Como suele suceder en estos casos, el efecto sorpresa fue determinante para que los delincuentes pudieran tomar el control de forma expeditiva y sin complicaciones.

En este marco, los intrusos avanzaron por el terreno con sumo sigilo hasta la entrada de la vivienda en donde derribaron la puerta a patadas. El fuerte estruendo puso en estado de alerta a los damnificados.

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Si bien intentaron ponerse en contacto con la policía, fue “tan avasallante” la presencia de estos hampones que con gritos y amenazas lograron reducir a todos los ocupantes en cuestión de segundos.

Ante los rostros sorprendidos y temerosos de sus víctimas, los malvivientes comenzaron a registrar su casa. Aprovechándose de la indefinición de los damnificados, los malvivientes amenazaron en reiteradas oportunidades con que llevarían a cabo acciones irreversibles si no revelaban dónde tenían guardados sus ahorros.

Inmediatamente el dueño de casa entregó el dinero que tenía guardado. Inconformes con el monto, los sujetos decidieron agrandar el botín con otros objetos de valor, entre ellos dos televisores y el celular que los terminaría delatando.

Todavía inconformes con lo recaudado, optaron por tomar las llaves de los rodados que se encontraban estacionados en el lugar y, en ellos, se dieron a la fuga. Siempre en base a la versión oficial se llevaron una camioneta Toyota Hilux de color negro, un Volkswagen Golf de color negro y un motovehículo Honda Transalp de color gris.

“Actuaron como profesionales. Con maniobras que parecían ensayadas y cronometradas” fue la descripción que aportaron las víctimas al momento de radicar la denuncia.

Esta impresión se terminaría comprobando horas después con el hallazgo del botín en calle 6, entre 514 y Arroyo El Gato en donde se descubrió un búnker que estaba empleando esta banda.

Por los elementos hallados en el lugar, se sospecha que este grupo criminal fue el responsable de varios sucesos de inseguridad en viviendas de la Región. Todo apunta a que alternaban entre entraderas y escruches en los que aplicaban toda su experticia criminal para lograr salir siempre indemnes.

Hasta el jueves por la tarde todo venía viento en popa para esta banda, acumulando con cada golpe un sinfín de objetos de valor que se sospecha que comenzarían a poner a la venta en los próximos meses muy probablemente en los denominados “vendo todo” que funcionan en una red social pero correspondientes a otras localidades.

Es por ello que los investigadores creen que este clan pertenecería a una supraorganización criminal especializada en robos a domicilios que operaría en un amplio sector del Conurbano. “Lo que se descubrió es un búnker de enfriamiento, es decir, un lugar en el que quedan alojados los objetos robados durante un tiempo. Transcurrido ese lapso se lanzan a la venta”, indicó una fuente policial.

Como se indicó, la banda venía demostrando una alta eficacia a la hora de concretar sus golpes. Pero bastó que dejaran un sólo cabo suelto para que todo su entramado delincuencial se desmembrara. Un dispositivo encendido acusó su ubicación mediante la tecnología gps y, tras recibir el aval de la Justicia, la policía montó un operativo en la zona antes mencionada.

Luego de una serie de tareas de vigilancia en modo incógnito se comprobó que la moto Transalp se encontraba en la parte trasera de una propiedad. Inmediatamente se dispuso el ingreso y fue así que se logró desbaratar a esta banda que mantenía en vilo a varios sectores de la región.

Al ingresar la policía se topó con una mujer y un hombre, ambos de 32 años, quienes fueron reducidos, esposados y conducidos a la comisaría.

Tras las diligencias de la captura, efectivos realizaron un registro del lugar y se encontraron con una “abrumadora cantidad de material probatorio”.

Se hallaron armas de fuego con sus respectivas municiones, patentes, joyas, relojes, teléfonos celulares , dos handy marca Baofeng, dos computadoras, dos máquinas de contar dinero, cinco smart tv, una impresora 3D, muebles, una consola de sonido, prendas varias de vestir, juegos de llaves de autos, una Ford Ranger, un Mercedes Benz , un Ford Ka, un Fiat Argos, un Citroën Xsara y un moto Honda Transalp.

Todos estos elementos refuerzan la hipótesis de que una misma banda ejecutó al menos 5 entraderas en la Región, entre ellos los cometidos en 11 y 507, el pasado 10 de mayo; en Belgrano y 475 el pasado 17; en 146 entre 65 y 66 y en 60 entre 143 y 144, ambos el 20 de mayo y en 68 y 143, ocurrido el pasado 24.

Lo encontrado en el lugar también avala la teoría de la existencia de una red criminal cuyo ámbito de actuación sería el AMBA. Así se desprende de un Mercedes Benz robado en Merlo y hallado en este búnker.