Violenta entradera en 9 y 42: ataron a un joven de pies y manos
Edición Impresa | 7 de Mayo de 2023 | 05:36

El desconcierto y las sospechas conviven en una familia que sufrió una violenta entradera en momentos en que no estaba ninguno de sus integrantes en su departamento de un edificio de Barrio Norte, pero sí un pariente de las víctimas: un joven de apenas 19 años.
En base a la denuncia policial, el episodio ocurrió en el 6ª B de una torre de 42 entre 9 y 10. En contacto con EL DIA, Samanta Carrizo (39), una de las personas damnificadas, relató: “Es muy raro lo que pasó, porque la puerta de entrada al inmueble no estaba forzada ni con ningún otro daño. No sabemos cómo entraron”, dijo.
No es la única circunstancia que provocó asombro entre quienes habitan esa vivienda. En tal sentido, mencionó que “el edificio tiene cámaras de seguridad internas y también externas. Sin embargo, en ninguna de ellas aparece una filmación con personas extrañas, ni adentro ni afuera, en el horario en que se metieron a robarnos”.
Por si fuera poco, hay una tercera situación que terminó por colmar de intriga a Samanta, a su hermana mayor y al padre de ambas, los habituales moradores del departamento donde se desarrolló el asalto “a mi sobrino”, puntualizó aquella. Al respecto, señaló: “Tengo un perrito de la raza yorkshire, que cuando entra al departamento alguien que no conoce, no para de ladrarle. Pero estos delincuentes eran dos y apenas ladró un poquito y se calló enseguida. Otra cosa llamativa”.
A esta altura del relato de Samanta, teniendo en cuenta la sucesión de circunstancias extrañas que rodean al caso, se imponía consultarle sobre lo manifestado por el joven que estuvo cara a cara con los ladrones.
“Le pregunté a mi sobrino cómo fue que ingresaron (los asaltantes) al departamento. Me respondió que no lo sabe, porque en ese momento él se encontraba durmiendo y lo despertaron para robarle”, consignó.
Agregó que “inclusive le consulté previamente si le había abierto la puerta a alguien, pero lo negó totalmente. Ahí fue que me aseguró que lo sorprendieron durmiendo”.
También refirió que los delincuentes “ataron de pies y manos” a su sobrino con “cordones de zapatillas y con la soga de la cortina de una ventana. Todavía tiene las marcas”.
Cuando se le requirió saber acerca de lo sustraído en la ocasión por los misteriosos asaltantes, reveló que “se llevaron cerca de 40.000 pesos de ahorros de mi papá, otra cantidad de dinero que tenía guardada mi hermana (aseguró desconocer el monto), dinero que mi sobrino tenía en su billetera, dos pares de zapatillas de marca, un alhajero, el celular y una mochila de mi sobrino y un campera grande y cara que era de mi pareja”.
“ACOSTATE BOCA ABAJO Y CERRÁ LOS OJOS”
Samanta recordó después que apenas los asaltantes se colaron en ese domicilio, “uno de los delincuentes le dijo a mi sobrino `acostate boca abajo y cerrá los ojos”. El muchacho le obedeció y “al rato escuchó la voz de otro hombre, al que no pudo verlo. Era el cómplice del que despertó a mi sobrino”.
“El que entró primero a la habitación donde dormía mi sobrino, por lo que él me comentó, es alto, de tez trigueña, de pelo medio canoso y robusto. Vestía campera y pantalón de jeans de color claro. Actuó a cara descubierta”, describió.
“¿DÓNDE ESTÁN LOS DÓLARES?”
En otro tramo del diálogo que mantuvo con EL DIA, Samanta no obvió citar que los delincuentes atormentaron a su sobrino, con una exigencia en particular: “Le preguntaron más de una vez `¿dónde están los dólares, el oro y el chumbo?. Pero pese a que revolvieron todo el departamento, en ambos dormitorios, en la cocina y hasta en el baño, finalmente se dieron cuenta que no teníamos dólares, nada de oro y mucho menos un arma de fuego”.
“La verdad es que todo este robo fue muy raro”, insistió. Y abrió paso a una conjetura: “A lo mejor fueron con el dato de que en algún departamento habría una suma importante de dólares y se metieron en el lugar equivocado”.
Quizá esa obsesión por encontrar billetes de la moneda estadounidense fue lo que los impulsó a provocar algunos destrozos. “Barretearon taparrollos y provocaron dos agujeros en una pared de durlock”, lamentó la mujer.
Asimismo, reflejó que la odisea para su sobrino “duró entre 40 y 45 minutos”, al tiempo que se mostró desconcertada porque “con los ruidos que causaron, ningún vecino ó vecina escuchó nada”. Los damnificados radicaron la denuncia en la comisaría segunda, quienes por estas horas intenta recabar todo el material para esclarecer el caso y poder dar con los presuntos ladrones.
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