Mariano Hueter: “La historia de las hermanas Mirabal merecía ser contada”

“The Truman Show”, de Peter Weir, fue, hace tiempo y a lo lejos, la película que le voló la cabeza al punto de querer dedicarse al cine a un por entonces niño Mariano Hueter, hoy convertido, a sus 21 años, en uno de los autores y directores más jóvenes del país.

Con proyectos realizados para Disney+, Netflix, Amazon, Flow, Viacom y, entre otros, MGM, Hueter viene de estrenar en Star+ “El grito de las mariposas”, una serie sobre “una historia que merecía ser contada”, según aseguró en diálogo con EL DIA.

Es que la serie rescata la historia de la activista Minerva Mirabal y sus hermanas María Teresa y Patria, quienes se enfrentaron a la dictadura de Rafael Trujillo en la República Dominicana y fueron asesinadas por el sangriento régimen el 25 de noviembre 1960, fecha en la que, desde 1999, se conmemora por resolución de la ONU, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Hueter, que a los 18 años dirigió “Utopía”, su primer y premiado cortometraje, una producción que le abriría puertas para seguir rodando proyectos como la serie “Inconsciente colectivo” -con Nicolas Pauls, Felipe Colombo, Gustavo Garzón-, la ficción de época “El legado” -con Pablo Rago, Fabián Vena, Boy Olmi, Luis Machín-, el thriller episódico “El mundo de Mateo” -con Luciano Cáceres, Martina Gusmán, Fernán Mirás, y Federico D’Elia- y, en otros, la miniserie dramática “Inconvivencia” -con Laurita Fernández y Tomás Fonzi-, conversó con este diario sobre “El grito de las mariposas” y sus próximos proyectos.

- Antes de sumarte a “El grito de las mariposas”, ¿conocías la historia de las hermanas Mirabal? ¿Qué fue lo que más te impactó?

- Conocía muy vagamente la historia, pero no tenía la dimensión de lo que había significado su lucha. Lo que más me impactó fueron dos cosas. Por un lado, lo que generaron en las generaciones posteriores. La lucha de Minerva Mirabal y su valentía inspiró a muchas mujeres en el mundo para luchar incansablemente por la igualdad de derechos (...) La segunda fue la brutalidad y la impunidad con la que se cometían esos crímenes de lesa humanidad en Dominicana. Me parece fundamental retratarlo en una serie, como se debe, para que se transforme en parte de las historias que las nuevas generaciones deben conocer obligatoriamente.

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- ¿Qué fue lo más difícil de llevar ese retrato a la pantalla?

- Por un lado trabajar desde el realismo, para lograr escenas de fuerte violencia, revolución y lucha, respetando el aspecto histórico pero buscando la impotencia y la reflexión en el espectador. Desde lo humano fue importante trabajar el día a día con los actores, para que comprendan que estábamos haciendo algo que traspasa la pantalla desde lo ético y moral, y todos subirnos a esa responsabilidad a la hora de armar cada escena, de filmar cada plano. En lo personal, estar en Colombia tantos meses, contando una historia tan fuerte, tan concentrado en un trabajo de alto rendimiento, fue duro y difícil. Era una carrera larga y con muchos obstáculos, y no era fácil mantener el ánimo y la energía bien arriba todo el tiempo.

- ¿Creés que “El grito de las mariposas” es una serie necesaria?

- Yo creo que hay historias latinoamericanas o globales que merecen ser contadas. La lucha de las hermanas Mirabal es famosa y significativa a nivel mundial. La revista Times le dedicó una tapa anual simbólica en 1960 a estas cuatro mujeres, en todo el mundo se conoce la historia de las mariposas, fueron mujeres que impulsaron un cambio. En ese contexto, una serie que a lo largo de 13 capítulos se meta de lleno en los conceptos y acciones que llevó adelante Minerva Mirabal, me parece fundamental, y me llena de orgullo haber podido formar parte de ella.

- ¿Considerás que este proyecto marcará un antes y un después en tu obra?

- Claramente fue un quiebre dentro de lo que venía haciendo. Por un lado fue el primer proyecto en el que tuve que irme al exterior por tanto tiempo, trabajar con equipo extranjero y estrenar un producto globalmente. Pero también se trató del primer proyecto que encaro como director donde yo no había tenido nada que ver con su gestación original. Fue un proceso donde trabajé con gente con la que no había trabajado hasta el momento y que me permitió crecer como profesional de una manera muy importante.

- Contame cómo sigue tu año y cuáles son tus próximos proyectos.

- Por un lado, estamos en plena postproducción de “Pensamiento Lateral”, una atrapante película que escribí y dirigí el año pasado. Protagonizada por Itziar Ituño (La Casa de Papel), Alberto Ammann (Narcos), Cesar Bordón (Luis Miguel) y Mauricio Paniagua (Monzón). Esperamos estrenarla a fin de año. También acabo de terminar la primera parte de un desarrollo de serie para Gato Grande y MGM, un proyecto fascinante al cual le tengo muchas expectativas. Por suerte estoy en un momento de cierre de algunas cosas y apertura de otras, mientras sigo en la búsqueda de algunos proyectos que hace tiempo quiero concretar, siempre en movimiento.

- No venís de una familia artística, ¿cómo fueron tus inicios en el mundo audiovisual? ¿Cómo te fuiste abriendo camino?

- La verdad es que no es una industria donde sea fácil abrirse camino, además de talento o constancia, se requiere de contactos y aprovechar las oportunidades. En mi caso, desde muy chico siempre hice todo lo que tuve a mi alcance para poder contar mis historias. Recuerdo que con un cortometraje llamado “Aula Magna” gané el Concurso de Cortos del

Bicentenario y recibí un premio en efectivo. Al otro día y sin dudarlo, me gasté esa plata y todos mis ahorros en producir de manera independiente el piloto de “Inconsciente Colectivo”. Siempre fue así, paso a paso y apostando muy fuerte por lo que yo creía. Siempre fui a fondo y creo que eso me caracteriza. Si no confías en vos mismo, nadie más va a confiar en vos. Después, claro, siempre me ayudó que mis contenidos tenían calidad, eran interesantes y fueron construyendo mi background como director y autor.

- ¿Recordás cuál fue la primera película que viste y que te “voló la cabeza” al punto de decir “sí, quiero dedicarme a esto”?

- Sí, claro, esas cosas no se olvidan. Si bien hay muchas que me marcaron y que amo con toda el alma, esa película puntual fue “The Truman Show” de Peter Weir. No podía creer que una película te deje pensando tanto y me dije “Yo tengo que dedicarme a esto”.

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- Tu primer corto te abrió muchas puertas, ¿creés que si esa producción no hubiera pegado como lo hizo hubieras seguido probando en este universo? ¿Fue un impulso?

-Claro, de hecho así lo hice. Soy bastante obsesivo e insoportable cuando quiero conseguir algo. Si bien “Utopía” tuvo reconocimientos, yo dediqué mucho tiempo y energía para que eso suceda. Luego seguí trabajando en otros cortometrajes y el envío a festivales, al punto tal de fanatizarme tanto y terminar produciendo un programa de cortometrajes para televisión llamado “Ficciones Cortas”. Yo creo que más que abrirme puertas, mi primer cortometraje me dio la confianza necesaria para animarme a apostar cada vez más. Recuerdo mi segundo corto, llamado “Pueblo Dividido” era una locura sobre una ciudad dividida en dos bandos, lo llame al Chino Darín para que lo protagonizara (en ese

entonces estudiábamos juntos) y con algunos amigos nos lanzamos a hacerlo. A ese corto también le fue muy bien, y así vinieron otros, hasta que me animé a hacer una serie.

- Estudiaste actuación, sos productor de tus obras, escribís, en otras también aparecés frente a cámara. ¿Creés que estar al tanto de la cocina del proyecto te da un plus a la hora de dirigir?

- Dirigir es una disciplina integral. Es decir, vos dirigís a un grupo de talentos artísticos y técnicos que tienen que llevar adelante tu visión, seguir tu dirección, justamente. Para eso me parece fundamental conocer lo más posible sobre todas las aristas del arte. En mi caso yo escribo, hago música, leo mucho, estudié actuación, me nutro sobre iluminación, tecnología, arte en general. Cuanto más preparado está un director más rico es su universo, y más herramientas tiene para tomar decisiones. Para mi, un buen director es alguien curioso, al que le interesa investigar y aprender en cada proceso.