“Elementos”: una fábula sobre inmigrantes

Llega el jueves el proyecto más ambicioso de Pixar, una súper producción que, con simpáticos personajes, habla sobre “la importancia de las pequeñas cosas”

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La película “Elementos” (Pixar), que se estrena este jueves en las salas locales, está considerada por sus creadores como el proyecto “más ambicioso” tecnológicamente de este estudio, combinada con una historia de inmigrantes que busca llegar al corazón.

Después del poco éxito de sus últimas producciones, como “ Red” el año pasado, los creativos del estudio más famoso de la industria del entretenimiento pretenden “revolucionar el sector” con un relato cuyos personajes son efectos digitales en sí mismos.

Animación compuesta de dibujos, colores, texturas, transparencias e imágenes creadas por computadora que se fusionan, alteran y transforman cada vez que Ember Lumen (fuego) y Wade (agua) interactúan entre ellos o con un entorno conformado también por otros dos elementos de la naturaleza: la tierra y el aire.

“¿Qué ocurriría si todos los elementos que nos rodean tuvieran vida propia?”, preguntó retóricamente Peter Sohn, director de “Elementos”, durante una entrevista con EFE.

Sohn, que aúna más de dos décadas ligado a Pixar y ha participado en filmes como “Ratatouille” (2007), “Up” (2009) o “Lightyear” (2022), dirige esta cinta que tratará de compatibilizar innovación con un relato cargado de valores.

El cineasta también explicó que la trama está “muy influenciada” por su experiencia personal, al tratar cuestiones como el proceso migratorio de una familia y su posterior adaptación, ya que sus padres son de origen coreano y se mudaron hace décadas a Nueva York.

Aunque todas las interpretaciones son “lícitas y verosímiles” en “Elementos”, según su director, la mayoría de profesionales que trabajan en el proyecto coincidieron en que constituye una forma de entender que “la importancia de la vida está en las pequeñas cosas”.

En busca del equilibrio entre una imagen atractiva y un relato potente, los creadores trataron de compensar lo mejor de la animación digital con rasgos que identificaran a los protagonistas y al entorno.

Y es que el cuidado detrás de cada trazo digital en las calles, edificios o tiendas de Element City, como se bautizó a la urbe donde transcurre la trama, refleja un minucioso trabajo cuyos artífices reconocen que bien podría ser “reconvertido a otros formatos como los videojuegos”.

“Uno de los mayores retos era aportar ese nivel de riqueza para que cada detalle individual pudiera conformar un universo en sí mismo”, dijoel diseñador de producción Don Shank.

Una postura que fue refrendada por el supervisor de efectos especiales de “Elementos”, Sanjay Bajshi, quien recalcó desde su oficina en Pixar Studios que “Sohn repetía una y otra vez que la animación debía ser tan sólida como la historia”.

Entre las decenas de profesionales que trabajan para la consecución de “Elementos” también hay dos españoles, el animador Jordi Oñate y el supervisor de composición Néstor Benito, quienes atendieron a EFE durante este encuentro con un reducido grupo de medios internacionales.

Ambos concordaron en que la estructura y plazos de entrega de este filme variaron mucho con respecto a lo habitual, pues se requería de un trabajo simultáneo debido a que la narración no podía avanzar sin efectos visuales.

No es lo mismo “animar un pez o un coche”, que presentan una estructura conocida, que un elemento que es “propiamente un efecto digital” y que no tiene proporciones definidas, por lo que “se perdía su forma original en cada movimiento” y era “difícil” continuar creando.

Para ello, fueron necesarias hasta 151.000 granjas de renderización capaces de procesar todo el contenido digital de una película que deberá medir su impacto en la gran pantalla con un estreno internacional del que estará realmente pendiente el sector de la animación a nivel internacional.

“¡Ha sido un poco como abrazar la locura!”, concluyó entre risas Benito en un gesto que evidenció satisfacción por el esfuerzo ya realizado.

MEGA PRODUCCIÓN

“Elementos” marca el lanzamiento de una de las cintas de mayor tiempo de producción entre las que pronto serán 27 entregas en el catálogo de Pixar, desde su ingreso a las grandes ligas de Hollywood con “Toy Story” en 1995 hasta su presente como una de las más reconocidas subsidiarias de The Walt Disney Company.

“Fue un proceso largo. La película promedio de Pixar toma unos cinco años, esta llevó siete. Hay un par que han tardado entre siete y ocho años, así que no estamos fuera de lo común. Pero al mismo tiempo siento que la mitad del trayecto estuvo más conectado con el viaje habitual que la otra mitad, una parte nueva, y eso fue probablemente lo más difícil”, reveló Sohn.

“La primera mitad del viaje es desarrollar una idea. Es una pequeña semilla, todavía no tiene nada. Comenzamos a evolucionarla, haciéndola crecer hasta que tenga suficiente peso para traer a más personas para ayudarla a crecer y luego conocer escritores, artistas de storyboard y animadores que luego comienzan a explorar diferentes cosas para colaborar con la historia”, continuó el realizador.

Y en esa línea, explicó que “mientras estás explorando la historia y todo se solidifica más, entrás en la siguiente fase en la que te preguntás ‘¿cómo construimos estos personajes?’” y “aquí es donde (la productora) Denise Ream formó un equipo, porque el estudio hacía hasta ahora películas sobre juguetes de plástico o autos de metal, que tienen una superficie muy dura. No había una experiencia en hacer a alguien que fuera transparente y en constante movimiento”, dijo en referencia a las exitosas franquicias de “Toy Story” y “Cars”.

“Simplemente nunca habíamos hecho eso antes y esa parte tomó casi cuatro años simplemente experimentando”, relató mediante una cifra que entra de lleno en comparación con otras entregas de Pixar, que en ese mismo lapso ya habían pasado por todas las etapas de producción, desde la escritura del guion hasta el corte final.

Son los casos de otros reconocidos títulos de la marca, como la mismísima “Toy Story”, “Los increíbles” (2004), “Valiente” (2012) y la ganadora del Oscar “Soul” (2020); y de otros que fueron aún más veloces en su realización, como “Ratatouille” (2007), “Monsters University” (2013) o “Unidos” (2020).

Ahora, “Elementos” se suma al tope del ranking de tiempos de preparación después de “Cars” (2006), la más extensa con ocho años de trabajo en su haber, y queda adelante de otras que también superaron la media, como “Buscando a Nemo” (2003), “Intensa Mente” (2015) o “Coco” (2017), todas con cerca de seis años.

“Estás girando muchos platillos a la vez. Cada cinco semanas tenés que montar un espectáculo, hacés muchos dibujos y los editás para tener una película, le ponés voces, le ponés música, pero todo en una forma temporal para que sea maleable. Y así lo ponés todo, lo juzgás. Y al mismo tiempo, todavía está dando vueltas el platillo de la parte técnica de todo esto”, finalizó Sohn.

Ember (fuego) y wade (agua) son los protagonistas de “Elementos”, la esperada nueva cinta de Pixar

 

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