Un poco más de carne: detectan una suba del consumo

Después de unos años de haber caído y mantenerse en una meseta, comenzó a crecer el consumo de carne en el país. En la Región también se advierte el fenómeno.

El gasto en kilos se estaría acercando a los niveles registrados en 2017, año en que empezó a bajar hasta los últimos meses que se advierte un aumento en las ventas.

Los datos fueron publicados por la Bolsa de Comercio de Rosario, entidad que proyecta, según un estudio efectuado a escala nacional, que el consumo per cápita de canes bovina, aviar y porcina alcance los 115,2 kg, lo que representa un crecimiento del 4,2 por ciento en comparación con el año anterior.

Juan Carlos Marchán, con carnicería en 60 entre 8 y 9, confirmó que el fenómeno se esté registrando en La Plata y sostuvo que es “muy probable” que se llegue al índice del que habla la Bolsa rosarina al culminar 2023. “El consumo está levantando día a día -remarcó el comerciante-; no es, claro, de todo el mes, pero sí muchos días. Si sigue así, de acá a fin de año vamos a estar como en años pasados”.

En el local cercano a Plaza Rocha el kilo de bifes se paga 1.200 pesos, y el de asado, 1.100 pesos, dos valores que vienen manteniéndose hace meses.

Según recordó Marchán, el último aumento de la carne en la Región se registró hace dos meses.

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También advierte un alza significativa en el consumo de productos cárnicos Carlos Riusech, directivo del Frigorífico Gorina y miembro del Consorcio de Exportadores ABC, cámara empresarial que nuclea a más del 90 por ciento de la industria exportadora del país.

“El consumo viene aumentando en los que va del año casi 5 kilos pasando, de 47,5 kilos a 52,5 kilos por habitante por año. Eso es la proyección 2023 de acuerdo con lo acontecido en los primeros 5 meses de este año”, sintetizó Riusech.

Según las estadísticas, Argentina sigue siendo el país de mayor consumo de carne a nivel global. En ese sentido se estima que cada individuo consumirá alrededor de 53,1 kilos del producto vacuno en 2023, superando a otros países destacados como Uruguay y Estados Unidos, donde el consumo per cápita sería de 43 y 37 kilos, respectivamente.

Brasil, Israel, Chile y Australia les siguen en el ranking, con consumos de 35,3 kilos, 27,2, 26,3 y 25,6 kilos, respectivamente.

La composición de la dieta cárnica de los argentinos, según algunos estudios efectuados en los que se tomó al habitante promedio, sería: 46 por ciento de carne bovina, 39 por ciento de carne aviar y 15 por ciento de carne porcina.

La proporción de carne vacuna habría aumentado 2,3 puntos porcentuales respecto al 2022, alcanzando niveles cercanos a los de 2019. Una manera en que se analiza el consumo de carnes a lo largo del tiempo es comparando el porcentaje que se consume de carne vacuna contra el de sus sustitutos, cerdo y pollo.

Y es que, a partir de 2002, la carne vacuna fue perdiendo presencia en las mesas familiares y fue reemplazada por las otras dos fuentes de proteína animal: el pollo y el cerdo.

En relación al poder adquisitivo

El consumo de un producto tan representativo en la canasta alimenticia está íntimamente relacionado con la capacidad adquisitiva de las familias. Para eso, se utilizan promedios anuales de las remuneraciones brutas desestacionalizadas, informadas por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), y se dividen por la media anual del precio del kilo de asado para el mismo período, relevado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

Así, la remuneración bruta promedio del sector asalariado alcanzaría para comprar 163,5 kilogramos de asado a lo largo de 2023.

Ese dato indica una recuperación respecto del piso relativo alcanzado en 2021, cuando el poder de compra de los sueldos era de 134 kilos de carne, y puede ser uno de los factores explicativos del incremento en el consumo cárnico que se viene experimentando este año.

Sin embargo, es importante mencionar que, a pesar de ser una recuperación en el corto plazo, el poder de compra de las remuneraciones en términos de carne todavía se encuentra casi 10 kilogramos por debajo del promedio de los últimos 10 años.