La niña de La Plata que habla del vitíligo para luchar contra el desconocimiento
Edición Impresa | 6 de Junio de 2023 | 02:16

Ana Paula Chiclana tiene 12 años y a los 8 le diagnosticaron vitíligo, una enfermedad cutánea que le provoca una pérdida del pigmento en zonas de piel. En junio se conmemora el día mundial de la enfermedad y ella se propuso ser difusora de un tema por el que en algún momento se sintió discriminada.
Anita, como la llaman en su entorno íntimo, tiene el 70 por ciento del cuerpo con manchas, la despigmentación también le afectó el cabello, por lo que se tiñe desde los 10 años.
Ni bien se le diagnosticó vitíligo se sometió a tratamientos, pero por sugerencia de su dermatóloga también empezó una terapia psicológica.
“Los tratamientos decidió dejarlos, pero la terapia psicológica la ayudó en un cien por ciento para aceptarse como es”, contó María Elisa Astorga, su madre, quien también tiene vitíligo, pero solo una pequeña mancha en una de sus manos. Ella destacó que la carga hereditaria es importante en la patología.
Elisa contó que su hija brega para que se tome conciencia de la enfermedad, en particular este mes porque el 25 de junio se conmemora el Día Mundial del Vitíligo. Es que, aunque muchas veces es considerada una afección estética, los especialistas suelen advertir sobre el posible impacto psicológico y psicosocial. De allí la importancia de trabajar el autoestima, la confianza y la seguridad de quienes la padecen.
Al principio no fue sencillo para la pequeña lidiar con algunas preguntas que le hacían sus compañeros de primaria, pero también los adultos. Sin embargo, en poco tiempo descubrió que la tensión bajaba tras su respuesta de que era algo que no le dolía ni se contagiaba.
”Es una enfermedad autoinmune y está medicada por hipotiroidismo, en pandemia se le amplió y la médica nos dijo que también hay un factor emocional, de allí la importancia de que arrancara una terapia psicológica”, agregó la mamá.
Entre los tratamientos que realizó estuvieron las sesiones de foto terapia, una especie de cama solar con la que logró mejorar la pigmentación en un 20 por ciento del cuerpo.
“Un día dijo que no quería seguir más con la foto terapia, que estaba enamorada de sus manchas porque le encantaba ser distinta”, recordó Elisa.
Aunque ese “me quiero como soy” fue como un mantra sanador, Ana Paula asumió que deberá cuidar su piel de por vida.
“En algunas ocasiones se maquilla con bases buenas e hipoalergénicas y desde los 10 años se tiñe, al principio en ninguna peluquería le querían hacer nada, pero después entendieron y cada dos meses se hace reflejos”, afirmó la madre y agregó que otra de las luchas es que las obras sociales reconozcan el costo del tratamiento. Las sesiones de foto terapia cuestan unos 2.500 pesos diarios y hay que hacerlas todo el año y las cremas específicas y protectores solares rondan los 4 mil pesos.
”Yo quiero difundirla, que la gente sepa bien de que se trata el vitíligo, que no es contagioso, ni duele; ahora ya no me molesta hablarlo, pero antes me decían que era como una vaca y yo no estaba muy segura como ahora que me siento cómoda”, afirmó Ana Paula.
La adolescente reflexionó que aprendió a verse como es. “Empecé la secundaria y vi que mis compañeros son maduros y entienden, uno me preguntó si era contagioso y le expliqué que no; ahora todos me re quieren”, aseguró Anita y agregó que le encanta ir a patín, producirse y, en el futuro, llegar a desarrollarse en la faceta artística.
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