Argentina, con el menor crecimiento dentro de los 38 países que componen la OCDE

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Informe: Europa Press y AP

El Producto Interior Bruto (PIB) de Argentina se contraerá un 1,6 por ciento en el año 2023, convirtiéndose en el país con peor desempeño económico del conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Así lo ha estimado este organismo multilateral, en una nueva actualización de sus previsiones económicas tanto para el presente año como para 2024.

La OCDE comparte el diagnóstico sobre Argentina de otras instituciones como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que tiene una visión todavía más pesimista y eleva la caída del PIB al 2 por ciento. Lo mismo contempla el Banco Mundial, que esta misma semana ha coincido en esta cifra del 2 por ciento.

Por el momento, el Fondo Monetario Internacional (FMI) salva a Argentina de una posible recesión, y calcula un crecimiento del 0,25.

En concreto, frente al crecimiento estimado del 0,1 por ciento en sus últimas proyecciones publicadas en el mes de marzo, la OCDE calcula ahora que Argentina sufrirá una recesión en el año 2023. La caída del PIB argentino será incluso superior a la que experimentará Rusia, que será menor a la esperada inicialmente (del 1,5 por ciento). Estas serían los dos únicas economías que se contraerán este año del grupo de países de la OCDE.

Para el año 2024, se espera que el PIB de Argentina vuelva a crecer, aunque todavía a un ritmo lento. La expansión prevista es del 1,1 por ciento, siete décimas menos de lo que se calculaba en marzo. Esta cifra es, de nuevo, inferior al incremento esperado para la media de los países de la OCDE, que repetirá en el 1,4 por ciento.

Causas

Entre las causas de la contracción prevista en 2023, la OCDE apunta a la caída del consumo y las inversiones en medio de la incertidumbre política ante las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre.

A su vez, la sequía provocará una caída a corto plazo de la producción agrícola y, en consecuencia, se dará un impacto negativo sobre el nivel de las exportaciones.

En lo que se refiere a la inflación, que en abril se ha elevado hasta el nivel más alto de los últimos 30 años (108,8 por ciento interanual), se prevé que cierre el año en el 106,9 por ciento interanual.

Las incipientes presiones salariales y el aumento de los precios de los alimentos estarían detrás de esta persistencia de la inflación.

Inflación y tasas

La economía global debería avanzar este año y el siguiente en una precaria recuperación, aunque la inflación sigue pesando sobre el gasto de los hogares y las tasas de interés más altas frenan el crecimiento, los bancos y los mercados.

Esa era la conclusión general de la OCDE. El grupo, formado por 38 Estados, subió su previsión de crecimiento para este año al 2,7%, desde el 2,2% estimado en noviembre, con apenas una diminuta aceleración el año siguiente al 2,9%.

Es probable que la recuperación de la pandemia del Covid-19 y el auge de los precios de la energía asociado a la invasión rusa de Ucrania sean débiles en comparación con las cifras previas a la pandemia, un crecimiento medio del 3,4% entre 2013 y 2019.

El panorama de cara al futuro está lleno de riesgos, desde una escalada de la guerra de Rusia en Ucrania a problemas de deuda en países en desarrollo o efectos imprevistos sobre bancos e inversores de las rápidas subidas de tasas de interés. “La economía global ha empezado a recuperarse”, dijo en una conferencia de prensa el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. “Esperamos una recuperación en 2023 y 2024. Sin embargo, en este momento es una recuperación a un bajo crecimiento global”.

“La OCDE calcula ahora que Argentina sufrirá una recesión en el año 2023. Para 2024, se espera que el PIB vuelva a crecer”

 

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