“Verde agua”: el despertar de las mujeres del patriarca

“Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Entonces... ¿Quiénes son las mujeres detrás de un monstruo?”, se pregunta “Verde agua”, pieza teatral que, dirigida por Marina Lamarca que se presentará esta noche en el Teatro Estudio (3 entre 39 y 40), pone en escena a cinco actrices, las cinco mujeres clave detrás de un poderoso político, en el día clave en el que, claro, todo estalla.

Construcción colectiva, encabezada por Lamarca y protagonizada por Sol Aguero, Anabella Aisenberg, Lili Popovich y las actrices platenses Agusta Bermudez y Ayelen Garaventta, “Verde agua” cuenta el día de la conferencia de prensa más importante en la carrera política de Carlos Almada, el candidato a gobernador por la provincia de Entre Ríos y dueño del imperio de embutidos más grande de Argentina.

En un show sin precedentes se reúnen, en su tradicional estancia, las cinco mujeres más importantes de su vida para respaldarlo: su esposa, su hermana, sus dos hijas y su secretaria. La estrategia es combinar los imponentes vestidos femeninos con la corbata verde agua del candidato para que las tapas de los medios sean memorables. Pero en el momento más brillante y crucial de sus existencias, encerradas sin escape de la verdad en el sótano de la estancia, rodeadas de embutidos y enfrentadas, sale a la luz un secreto nefasto del negocio familiar.

“Al comienzo respaldan al patriarca. Pero la imagen de él en el transcurso de la obra se va modificando, transformándose de héroe a monstruo, a medida que estos secretos van saliendo a la luz”, relata directora y dramaturga Marina Lamarca. Y explica que el cuestionamiento con perspectiva de género surgió del propio proceso colectivo de creación de la obra.

“Habíamos hecho la escuela de Agustín Alezzo juntas, y acostumbradas a trabajar en procesos de improvisación, empezamos a reunirnos una vez por semana, dos veces por semana, para investigar ciertas temáticas que nos interesaban: cuestiones feministas, que tienen que ver con el abuso, el abuso de poder, el patriarcado, los cuerpos. Y desde ahí, desde ese proceso de improvisaciones, de relaciones entre personajes, se comenzó a articular una dramaturgia posible con una poética, un discurso de cada una de ellas, y se ordenó en un en un texto que al principio duró tres horas y después se fue cortando”, cuenta Lamarca.

La propuesta es una creación íntegramente femenina, incluyendo, además de las actrices y la dramaturga, una vestuarista, una escenografía y una asistente de dirección, y de ese colectivo surgió necesariamente lo que Lamarca llama “una mirada”, que pone de relieve problemas y discusiones hacia adentro.

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“Teníamos ganas de hablar de la competencia feroz entre mujeres. De la mirada que juzga. De cosas que ya nos tienen hartas en el funcionamiento de la sociedad”, dice la dramaturga. Pero no solo cuestiones relativas al género: la obra construye un entramado entre feminismo y sustentabilidad, construye una matriz común, patriarcal, en torno a las construcciones de género, el poder y el medioambiente.

De hecho, fue estrenada en el Teatro Border, primer teatro sustentable del país, y trabaja con vestuario sustentable, con los cinco vestidos hechos con desechos de la industria textil: estrenada en 2020 pero con solo dos funciones prepandémicas, y con una segunda temporada en 2021, con aforo, Lamarca apunta que en esta tercera temporada “nos damos cuenta que estas temáticas están cada vez más vigente. Muchas veces nos quedamos discutiendo con el público a ver, porque algunos están del lado de una, de la otra, incluso del lado del patriarca... Entonces, es una obra que da para el debate, que no tiene ningún tipo de bajada en línea, sino que abre muchas preguntas. Es una una obra que habilita y requiere un poco de echar la discusión posterior para tal vez arribar algún tipo de conclusión posible”.