Gimnasia y un amor más que correspondido

Favaloro es sinónimo de Gimnasia. Y viceversa. Así, término a término, ha sido siempre esa relación amorosa, la que se le despertó de niño al célebre cardiocirujano, seguramente por haber nacido a pocas cuadras del club de la camiseta azul y blanca, y la que expresa cada vez que se le presenta la ocasión a la institución del Bosque.

Desde chico mostró Favaloro una gran afición por el deporte: jugó al básquet en Gimnasia (que tuvo que dejar, todavía como una joven promesa, porque estudiaba y trabajaba al mismo tiempo), después se entusiasmó con el tenis y siempre tuvo debilidad por el fútbol.

Infaltable en la cancha cada vez que el Lobo lo convocaba con algún encuentro, recordó en más de una entrevista los dos partidos de su historia de hincha que le dejaron las mayores marcas en su memoria: el que le permitió a Gimnasia ascender a Primera al ganarle a Racing 4 a 2 en 1984 y el recuerdo más amargo, de 1995, cuando el equipo fue derrotado por Independiente y no logró entonces convertirse en campeón.

Por el lado del club, el nombre de Favaloro se respira en cada rincón de la institución. Una frase que se repite allí con eslogan es que “el hombre que más sabía del corazón era hincha de Gimnasia”.

Otra expresión de la admiración en el club por ese socio ilustre es el hecho de que la escuela primaria de Gimnasia se llama “Dr. René G. Favaloro”.

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