La calidad del aire platense debe ser controlada y preservada

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Horacio Beláustegui

Presidente Fundación Biosfera (*)

Existen varias organizaciones oficiales y no gubernamentales que trabajan sobre los gases y aerosoles contaminantes, su origen y su composición. Son cuestiones clave en el ámbito urbano, porque a mayor concentración de vehículos que queman combustibles fósiles, mayores emisiones que pueden incidir negativamente en la salud. Por ejemplo, los motores de gasoil expulsan dióxido de carbono, hollín y óxidos de nitrógeno, sustancias que si son inhaladas pueden provocar trastornos en las vías respiratorias, y si llegan hasta los alvéolos pulmonares, cosas peores. Los hidrocarburos más livianos, como la nafta, tampoco se quedan atrás.

En algunas ciudades, ante la concentración de equis cantidades de material particulado y otros contaminantes en el aire, hay zonas que se restringen o cierran a la circulación de coches transitoriamente; es el caso de Santiago, en Chile. En nuestro medio, deberíamos contar con estaciones de monitoreo locales, en línea e informando en tiempo real, para que la gente, en especial quienes tienen vulnerabilidades, puedan conocer la condición del aire en los sitios más concurridos y decidir si se exponen o se abstienen de hacerlo.

Hace tiempo, se pensaba que el humo de los escapes sólo tenía impacto respiratorio, pero actualmente se lo relaciona con patologías como los ACV y enfermedades como el cáncer. Debe ser advertido que la contaminación de las calles también puede entrar a las casas y acumularse si no existe una periódica ventilación.

En síntesis, es necesario preservar la calidad del aire, cuyo deterioro afectará a los vecinos, a sus mascotas y a toda la biodiversidad de la Ciudad, que debe avanzar hacia un futuro sustentable.

(*) Director del Observatorio de Cambio Climático de la Universidad de Luján

 

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