Lizy Tagliani: “El reality tiene eso de que a todos nos puede tocar”

Con “Got Talent”, que debuta esta noche, la era de los reality continúa en Telefé, el canal que hace un culto a los programas de telerrealidad y competencia desde el inesperado éxito de “Bake Off” en la pandemia: aquel momento marcó un giro para el canal gobernado por Viacom, que decidió apostar, para su horario central, a los programas de concursos por su costo barato y rendimiento altísimo en el rating.

Es cierto que, desde entonces, y sobre todo tras el final de “Gran Hermano”, se ha entibiado un poco el interés en este tipo de propuestas, pero Telefé, la pantalla más caliente del aire televisivo, cuenta con que con una serie de figuras importantes el ciclo “Got Talent Argentina” pueda marcar diferencias importantes una vez más con la competencia: la nueva edición de la franquicia británica de concursos de talentos será conducido desde hoy, a las 21.45, por Lizy Tagliani, y contará con Abel Pintos, Florencia Peña, La Joaqui y el coreógrafo uruguayo Emir Abdul en el jurado. Y tomará el relevo de “MasterChef Argentina”, última edición del reality culinario que pasó bastante más desapercibida que las anteriores entregas.

“Tenemos un despliegue que no tiene nada que envidiarle a otros países”, dice Lizy sobre la edición argentina del reality, uno de los más exitosos a nivel mundial. “Verdaderamente es espectacular, y además, tenemos la pasión. Será porque soy argentina, pero creo que tenemos esa cosa de que nos enojamos, disfrutamos, nos emocionamos... Todo es ardiente y con el corazón que late”, siguió Tagliani, sobre la impronta de esta suerte de cuarta temporada y reinicio del ciclo protagonizado por un gran muestrario de música, canto, baile, acrobacia, magia, destrezas inesperadas y otras disciplinas del entretenimiento.

Creado en 2006 por el productor discográfico inglés Simon Cowell, el “jurado malo” de “The Voice”, el formato se multiplicó poco después con más de 70 adaptaciones en otras latitudes y llegó a la señal de aire argentina en 2008 como “Talento argentino”. Con Mariano Peluffo en el rol de conductor y Catherine Fulop, Maximiliano Guerra y Kike Teruel como jueces, se despidió a principios de 2011 luego de tres temporadas.

Trece años después y con un nuevo equipo en el set, Telefe retomó el show que se propone dar con el artista local más destacado sobre el escenario, que se encuentra entre los más de 450 concursantes individuales o en grupo -y sin límite de edad- que la producción reunió tras la serie de audiciones que realizó desde noviembre del año pasado a lo largo y ancho del territorio.

LA COMPETENCIA

En “Got Talent Argentina”, un variado abanico de participantes podrá mostrar sus habilidades y actos, aunque sólo algunos irán pasando a las siguientes rondas que definirán al triunfador del certamen si logran evadir los botones rojos que cada uno de los jurados tiene a disposición para rechazar sus presentaciones y que, si son presionados de forma unánime, los harían abandonar la competencia.

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Lizy, conductora, cuenta sobre su rol que “me llevo muy bien con esto porque confío plenamente en el jurado que hace su función, no soy invasiva con respecto a sus decisiones, trato de verlo con sus ojos, y otras veces trato de pensarlo por cómo se verá en televisión, porque acá la energía es una y después lo que llega a la casa es otra cosa”.

“Sí me gusta que hayan encontrado la forma de dar devoluciones que son muy constructivas, porque mi miedo es que pueda ser frustrante. Vos venís acá, te presentás porque estás segura, confiás y amás lo que hacés, y no sentirte la mejor en este momento y en este lugar puede ser muy frustrante”, agrega la conductora del envío.

“La televisión es en parte abrir los ojos, apretar el control y dejar que te acompañe”

Lizy Tagliani,
conductora de “Got Talent”

Lizy, sobre el lugar de los realities en la pantalla, relata que “yo soy una chica televisión, soy consumidora de los realities, las tiras, todo. La televisión es en parte abrir los ojos, apretar el control y dejar que te acompañe”.

Y dice que “creo que el condimento de los realities es que tienen eso de que a todos nos puede tocar, y eso es lo que alegra, saber que el que está ahí podrías haber sido vos, o alguien más que no está en la industria. Es un poco lo que me pasó a mí, yo no conocía a nadie al principio, arranqué peinando y después tuve una oportunidad, y otra, y otra, y terminé haciendo lo que hago. Me parece que eso es lo lindo, que las personas se ponen contentas como si esos golpes de suerte les pasaran a ellas”.

Lizy cuenta que como conductora acompañó el proceso de casting, y “en los primeros programas de audiciones soy casi como una amiga de los participantes, que les da fuerza para que tengan el coraje de salir a comerse el escenario. Y después, la que los recibe con alegría o con cierta nostalgia, si no pudieron dar lo que querían. Así que en la segunda etapa, la de pararme frente al escenario y en la que ya nada se pueda ocultar, cuando está todo expuesto, ahí estoy más tranquila. Ya pude tener toda la previa y conocerlos, y eso me gusta”.

“Me gustó mucho ir, porque de alguna manera fue conocer de dónde vienen, cómo viven, cuáles son sus historias y sentirme más cercana. Finalmente llegamos hasta acá, empezamos a trabajar en el programa y es increíble, tenemos una escenografía brillante, preciosa y verdaderamente majestuosa”, destaca Tagliani.

LOS CRITERIOS DEL JURADO

Para el jurado, en tanto, “es una linda experiencia, muy nutritiva”, dice Abel Pintos. “Aprendo mucho de mis compañeros y de los participantes, y hasta de mí mismo, porque me vi envuelto en situaciones en las que tuve que resolver cuestiones que cuando terminaban me decía ‘ah, esto nunca lo había visto de esta manera’, que un artista me llevara a poder entenderlas de cierta forma. Fue muy interesante haber aceptado este desafío”.

Sobre los criterios de evaluación, cuenta Pintos que “fue fundamental la primera charla que tuvimos entre los cinco, porque establecimos casi una ley, que teníamos que ser nosotros y solamente nosotros. La producción nos dio carta libre de hacer, decir y pensar lo que queramos, y en este caso nos toca estar frente a las cámaras pero no trabajar para las cámaras. Íbamos a sentir lo que nos pasa con cada participante y sostener eso. Inmediatamente conectamos en ese lugar, y luego con cada uno los criterios eran distintos, porque muchos artistas vinieron a revalidar su talento después de recorrer un largo camino, pero sin la oportunidad de una ventana popular como esta, así que cuando me daba cuenta de eso me ponía más técnico, iba más a lo fino, porque no eran principiantes y podían hacerlo mejor. En cambio, a los artistas que vinieron a descubrirse los acompañamos más, para darles herramientas y votos de confianza”.

Con cada emisión, el ciclo irá definiendo quién o quiénes estarán un paso más cerca de ganar el concurso, con un premio económico y otros beneficios, como acuerdos para la realización de sus actos en distintos puntos del país.