El Bosque, un escenario maldito para Independiente

El cruce de mañana por la tarde entre Gimnasia e Independiente cuenta con todos los condimentos posibles. Y es que más allá del presente de ambos equipos, inmersos en la compleja lucha por salir de los puestos de descenso, el Rojo arrastra una llamativa racha frente al Lobo, a quien no vence en 60 y 118 desde el Torneo Clausura del 2011, el último certamen de la institución mens sana antes de su excursión por la Primera B Nacional.

En aquella oportunidad, por la fecha 8 del mencionado campeonato, el equipo entonces dirigido por Ángel Cappa cayó injustamente ante los de Antonio Mohamed por 2 a 1.

Abel Masuero abrió el marcador para el Tripero, a los 19 minutos del primer tiempo, pero Andrés Silvera (10m. ST) y Cristian Pellerano (46m. ST) dieron vuelta el resultado de manera agónica para un Rojo que, con un hombre menos por la expulsión de Carlos Matheu al inicio del complemento, se llevó demasiado premio del Juan Carmelo Zerillo.

De aquel once Tripero habrá un protagonista que repetirá, ya que Lucas Castro fue titular en la derrota mencionada.

El Pata, que ahora asoma como una de las alternativas desde el banco para los de Sebastián Romero, estuvo en el mediocampo de aquel partido en que Gimnasia formó además con: Gastón Sessa; Milton Casco, Abel Masuero, Lisandro Magallán y Leandro Sapetti; Fabián Rinaudo, Alejandro Capurro y Luciano Aued; Juan Neira y Joaquín Romea.

En el complemento también vieron acción en los locales el venezolano César González (por Capurro), Jorge Córdoba (por Romea) y José Vizcarra (por Castro).

LA ANTERIOR DERROTA A ESA, UNA DE LAS MÁS DOLOROSAS

Tal cual se dijo, Independiente ganó apenas dos de los últimos 21 partidos que jugó en el Juan Carmelo Zerillo. Sin embargo, la anterior victoria a la antes manifestada quedó marcada a fuego en todos los hinchas Triperos.

La misma se dio en la fecha 19 del Torneo Clausura de 1995, con aquel 1 a 0 en favor del Rojo con el recordado gol de Javier Mazzoni a los 44 minutos del primer tiempo. Ese festejo le impidió al equipo dirigido por Carlos Timoteo Griguol alzarse con un campeonato merecido.

La derrota en condición de local le dejó el título servido al San Lorenzo del Héctor Veira, que venció por 1 a 0 a Central en Rosario y terminó festejando.

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