¿Cómo fueron los 52 goles que le hicieron al Lobo en el año?

Leonardo Madelón llegó con una premisa clara, reducir la gran cantidad de goles que el equipo ha recibido a lo largo de las cuatro competencias del año. Son 52 tantos recibidos por Tomás Durso (35 juegos) y Nelson Insfrán (2) en 37 partidos, lo que da 1,40 por partido. Demasiado para cualquier equipo.

El Lobo tuvo la valla más vencida del pasado campeonato, con 38 goles en 27 encuentros, por encima de Racing e Instituto que recibieron 35. En la Copa Argentina, Excursionistas le marcó la igualdad 1 a 1 antes de eliminarlo en los remates desde el punto del penal. En la Copa Sudamericana le convirtieron 6 goles en igual cantidad de partidos. Y en la actual Copa de La Liga, el problema se profundizó, porque recibió 7 goles en 3 juegos (2,33 por partido) y comparte el arco más vencido con Estudiantes, Barracas Central y Argentinos Juniors.

1,40 por partido es el promedio de goles recibidos por el Lobo. Son 52 tantos en los 37 juegos del año

El gran déficit del equipo en todo el año ha sido la pelota parada, ya que nada menos que 11 goles fueron por esa vía, sea mediante una conexión directa del futbolista rival o en la continuidad de la misma jugada dentro del área. El 21% de los goles recibidos, una quinta parte, fueron por esa vía. Janson (Vélez), Arce (Barracas, rebote en el área), Hernández (San Lorenzo), Véliz (Rosario Central), Ortíz (Newell’s), Estigarribia (Atlético Tucumán), Bustos y Benavídez (ambos de Talleres), Barrios (Excursionistas), Mantilla (Independiente Santa Fe) y Galván (Colón) son los que hicieron negocio con las desatenciones defensivas o la imposibilidad de sacar una pelota que llueve sobre el área de Durso.

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Además de los 11 goles de pelota quieta, a Gimnasia le hicieron otros 7 de penal (4 a Durso, 3 a Insfrán). No ha recibido goles de tiro libre directo. De los 45 goles restantes, la geografía de la cancha marca que 30 fueron con remates dentro del área grande, 9 en el área chica y otros 6 con remates desde fuera del área penal, con algunos golazos de por medio, como los de Tadeo Allende (Godoy Cruz) y Lisandro Montenegro (Newell’s).

Además, dentro de lo mensurable, 10 de los 52 goles fueron de cabeza, sea a partir de un córner o tiro libre, sea a través de una acción de juego con un centro. Por ejemplo, Rosario Central le hizo los 3 goles en la victoria en el Gigante con envíos sobre el área, dos conectados por Alejo Véliz de cabeza y el restante -con el pie- a partir de una pelota cruzada que encontró a Damián Martínez entrando por el segundo poste. Si bien uno de los goles no fue de cabeza, marca a las claras las fragilidades defensivas del equipo albiazul.

Tomás Durso mantuvo 10 vallas invictas a lo largo del año. En 18 encuentros a Gimnasia le convirtieron dos o más goles. De ahí la búsqueda de seguridad defensiva de Leonardo Madelón con los trabajos que lleva adelante en Abasto. Porque, además, está lo subjetivo pero visible: un equipo que perdió intensidad para jugar y que a veces queda demasiado abierto. Y el arco lo paga con goles.

SIN NOVEDADES POR UN ARQUERO

Hoy a la 20.00 cierra el libro de pases para que los clubes que hayan transferido algún jugador al exterior durante septiembre, luego del cierre oficial del mercado en el último día del mes pasado.

Si bien Leonardo Madelón le había planteado a la dirigencia la posibilidad de incorporar a un arquero con experiencia, no se avanzó en el tema durante el fin de semana y asoma como difícil una llegada en las últimas horas del mercado, más si se tiene en cuenta que en teoría debería salir al exterior algún jugador profesional que haya firmado el 25% de las planillas del año en primera o reserva.

Si bien nada puede descartarse en el fútbol argentino, todo parece indicar que Tomás Durso y Nelson Insfrán serán los arqueros hasta fin de año.