Dolor en La Plata por la muerte del escultor Ricardo Dalla Lasta
Edición Impresa | 5 de Septiembre de 2023 | 02:20

Reconocido por su obra a nivel nacional e internacional, falleció el escultor Ricardo Dalla Lasta. Dueño de un singular talento, deja, entre su destacado legado artístico, monumentos del patrimonio cultural de diferentes ciudades del país.
Nacido en la ciudad de Catamarca el 7 de mayo de 1941 sus padres fueron Atilio Dalla Lasta y Arminda Acuña; creció junto a nueve hermanos.
Muy chico se despertó en él la pasión por el arte y encaminó la vocación, ya con valor académico, al iniciar la carrera de Dibujo y Escultura en lo que por entonces era la Escuela Superior de Bellas Artes de la UNLP.
Una anécdota contada en su entorno da cuenta de su inclinación temprana por la escultura, pues siendo un adolescente, y ya con una creatividad y un ingenio muy manifiestos, visitaba familiares en esta ciudad y los sorprendía modelando pequeños muñecos con la brea del asfalto de las calles.
Los comienzos de su trayectoria artística, como se dijo, se ubican en Catamarca: a los 14 años obtuvo el segundo premio de Escultura y desde entonces y hasta 1960 expuso en diferentes salones de esa provincia.
En 1965 se radicó en La Plata para estudiar en la Universidad. Se graduó como profesor superior en Escultura y ejerció la docencia durante casi cincuenta años en la actual Facultad de Artes, el Bachillerato de Bellas Artes, la Escuela Provincial de Arte de Magdalena y la Escuela de Arte de Berisso, en la que fue, además, director.
A la vez, expuso sus creaciones en La Plata, CABA, y diversas ciudades del país y el exterior. También diseñó figuras de pequeño formato, como su serie de bailarinas de ballet o jinetes. La representación de caballos ha sido una de sus temáticas preponderantes.
En esta ciudad fue el autor de los monumentos al Gaucho (emplazado en la rotonda de 12 y 524) y a Mariano Moreno (en la plaza que lleva ese nombre), entre otros de sus trabajos más relevantes.
También lleva su firma el monumento a Juan Manuel de Rosas, una obra imponente, en bronce, que se aprecia frente a la Embajada de Estados Unidos, en la capital federal.
Vecino de Villa Castells, en una casona de ese barrio formó su familia junto a Virginia de Santibañez y organizó el atelier donde creó incontables esculturas.
Tuvo cuatro hijos: Sergio, Mariana, Cecilia y María Eugenia; y siete nietos.
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