Ni por el Año Nuevo hubo tregua: vacían una casa durante el brindis
Edición Impresa | 2 de Enero de 2024 | 02:49

El 31 de diciembre, una jornada que, al igual que el 24 de diciembre, es sinónimo de júbilo, disfrute y comunión, terminó convirtiéndose para una familia de El Mondongo en un verdadero mar de lágrimas por un robo que tuvo lugar cuando, muy probablemente, se encontraban alzando sus copas para saludar al 2024.
Es verdad que, ese sector de la Ciudad, que abarca la llamada Zona Roja, desde hace años viene siendo fuertemente castigado por el delito.
Sin embargo, como tantos platenses, las víctimas interpretaron que una cena de tres o, a lo sumo, cuatro horas, no representaba un riesgo para sus bienes personales. Sobre todo un 31 de diciembre.
Después de todo, ¿quién podría estar dedicado a otro asunto que no sea el compartir charlas interminables y un sinfín de sabores con los seres queridos? Fundados en esa idea, decidieron ausentarse de su vivienda ubicada en 3 entre 62 y 63, para dirigirse a la casa de un familiar a recibir el año nuevo.
Sin embargo, la situación de desolación fue aprovechada por una banda de ladrones, que terminó obteniendo sustanciosas ganancias.
Según indicaron fuentes policiales, un total de 5.300 dólares pasaron a manos de una banda, que empleó la modalidad que encabeza la lista del delito en la Región: el escruche. Además se llevaron 200 mil pesos y varias joyas.
Si se lo mide en pesos argentinos, tomando como referencia las cotizaciones del pasado viernes 29 de diciembre, última jornada cambiaria y financiera del año, el valor de las divisas sustraídas ronda los 6 millones de pesos.
Si bien este tipo de golpes se caracterizan por ser cometidos de día, cuando las víctimas se encuentran abocadas a sus ocupaciones diarias, en esta oportunidad los delincuentes aprovecharon el momento del festejo para colarse en la vivienda luego de doblar las rejas que protegían una entrada trasera.
Se tiene certeza que la operación fue ejecutada entre las 20 del domingo, momento en el que las víctimas salieron de su casa rumbo a la de un familiar, y las 2 de la madrugada del lunes, cuando retornaron y hallaron el desastre.
Al ver tan desolador panorama, casi de forma instintiva, la dueña de casa acudió al lugar en el que tenía guardados todos sus ahorros. Así descubrió que en el recipiente que usaba de “caja fuerte” no quedaba ninguno de los billetes que tenía atesorados.
En medio de aquella desolación, comenzó a preguntarse cómo habían ingresado a su casa. Pocas eran las conjeturas que podía sacar la mujer en medio del caos.
La dantesca escena del desorden, se entremezclaba con la profunda angustia que sentía al repasar una y otra vez en su fuero interior, que en un lapso de poco más de 6 horas, se habían esfumado por completo las miles de horas que había dedicado a trabajar para reunir ese dinero.
Tras el brutal ataque, la mujer se comunicó al 911 para reportar el hecho. Los efectivos acudieron al lugar para pedir al dueño de casa que preservara la escena.
Luego, de forma inmediata se volcaron a la tarea de recorrer las calles, ya que existía la posibilidad de que los autores aún pudieran andar rondando la zona. Pero los esfuerzos fueron en vano, no se halló ni un rastro de él o los intrusos.
Por su parte, 24 horas antes de este episodio, una situación de la misma índole le tocó vivir a otra familia del casco urbano.
A diferencia del hecho ocurrido en vísperas del año nuevo, los propietarios de una casa ubicada en 62, entre 4 y 5, se encontraban de viaje cuando se enteraron de que su casa había sido invadida por extraños.
Sin ganas de nada, debieron regresar obligadamente a la Ciudad para asumir las pérdidas. El inventario que realizaron arrojó que se llevaron 2.300 dólares, un saxo, una tablet, una notebook, un celular y un flash de fotografía.
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