Un joven detenido por el brutal crimen en Romero

Luego de la liberación del primer sospechoso por el crimen de Isaías Córdoba en Melchor Romero, ocurrido en la madrugada del pasado 1º de enero, la Policía siguió investigando el caso y logró la captura de otro joven, de la misma edad que el primero, pero que, según fuentes del caso, sería el autor del disparo mortal.

Se trata de un joven de 19 años (M.T.M), quien se ocultaba en la zona del barrio Malvinas.

Sin embargo, ante la presión de saberse buscado, intentó salir de su “madriguera” y ahí fue cuando terminó esposado, detenido y quedó a disposición del fiscal Álvaro Garganta.

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Voceros ligados a la pesquisa indicaron que había varias comitivas encubiertas trabajando en la zona y una de ellas se activó al ver al acusado cuando se desplazaba por la vía pública.

Así, de inmediato, no le dieron tiempo a ninguna maniobra evasiva y se lo llevaron en un patrullero a la comisaría decimocuarta.

Respecto del anterior joven señalado por su presunta participación en el evento mortal, se dijo que, si bien por ahora sigue libre, existirían pruebas que lo colocarían en la escena del hecho, ya no como responsable de la agresión contra Isaías Córdoba, sino en perjuicio de un hermano, al que habría herido con un arma blanca.

Todo ahora está en la mesa de los investigadores, que deberán definir el futuro procesal de A. D. P. y también de quien supuestamente lo secundó en el lugar del hecho.

Como se recordará, todo pasó en 50 bis entre 157 y 158, poco antes de las cinco de la madrugada.

Precisamente, una vez que recibieron la denuncia y arribaron a la dirección mencionada, la Policía se encontró con el adolescente baleado.

A su alrededor, en medio de una desesperación creciente, familiares y allegados gritaban y pedían ayuda.

Por eso, sin perder tiempo en pedir una ambulancia, entendiendo la gravedad de la situación, los agentes que se desplazaron a la denuncia cargaron al adolescente en la caja del patrullero y lo llevaron a toda prisa hasta el hospital Alejandro Korn.

Sin embargo, unos 10 minutos más tarde del arribo a ese centro asistencial, llegó la peor noticia. La de la muerte del menor.

Por eso el dolor se tornó lacerante y causó enorme impacto.

Se dice que todo pasó cuando Córdoba formaba parte de un grupo, que volvía de ver la tradicional quema de muñecos.

En esas circunstancias, se cruzaron con gente del barrio, con la cual, algunos de los que acompañaban al chico, mantenían un viejo conflicto.

Fue así que primero se desató un intercambio de palabras, al que le siguieron algunos golpes. Después, directamente, sobrevino la locura.

Ocurrió cuando uno sacó un arma de fuego y efectuó un disparo, con la desgracia que impactó en la cabeza de Isaías y provocó su deceso de manera inmediata.

Ante la situación consumada, el fiscal Garganta quiere ahora saber si el tirador hizo la detonación al bulto, para asustar; si realmente le quiso pegar al adolescente o si, de lo contrario, erró de blanco.

Lo concreto es que, al menos por el momento, la imputación es por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y, no en riña, que se interpreta como una figura menos gravosa.

Para conocer de esos detalles, que se consideran clave, más allá de las testimoniales que se requirieron, también se solicitó un relevamiento de las cámaras de seguridad de la zona.

En las próximas horas, puede haber más novedades.