En Ringuelet, otro robo provocó intranquilidad

En un sector de Ringuelet todo el mundo habla de inseguridad. Es que a la repetida historia de los robos, que tiene a maltraer a los vecinos, la irrupción de una banda muy peculiar, “los sin dientes”, en alusión a las características físicas de sus miembros, a los que les faltan varias piezas dentarias, le sumó una cuota de temor mayor a la que había. Y, por si faltara algo para completar un cuadro de situación poco alentador, a escasos metros del último golpe conocido, en 517 entre 2 y 2 bis, se registró otro episodio delictivo.

Fue en la calle 3 bis entre 515 bis y 516, donde varios ladrones saltaron el paredón de una casa para al menos apoderarse de una suma de dinero.

Se habla de 80 mil pesos y de un intento frustrado por sacar dos computadoras portátiles, que aparecieron tiradas en un patio de la finca.

Las fuentes que avisaron del hecho a este diario, indicaron que el dueño de la vivienda había salido, cerca de las 23.30, para cargar combustible. Y que los delincuentes aprovecharon ese resquicio de tiempo, antes de su regreso al lugar.

En esas circunstancias, al escuchar fuertes ruidos en la propiedad, una mujer que vive al lado se asomó a la vereda y observó movimientos extraños.

Con el llamado de advertencia, el damnificado regresó al domicilio lo más rápido que pudo y fue ahí que constató el golpe.

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Primero observó la puerta del frente barreteada y después un desorden generalizado en la habitación principal. El resto no lo tocaron.

Precisamente, de ese dormitorio sacaron el dinero, con el que se dieron por satisfechos y emprendieron la retirada sin ser identificados.

Por eso ahora, con la denuncia del caso, todo quedó en manos de personal de la comisaría jurisdiccional, que quedó abocado a la búsqueda de alguna cámara, con la esperanza de que haya registros fílmicos de los intrusos.

Por el momento, nadie se atreve a confirmar o descartar que pueda tratarse del mismo grupo que atacó en 517 entre 2 y 2 bis.

Ese asalto, como publicó EL DIA en su edición anterior, se registró cerca de las 3 de la madrugada, cuando la dueña de casa se encontraba descansando.

Es la hora exacta en la que muchos delincuentes se activan, a sabiendas de que sus víctimas de turno están en un sueño profundo y vulnerables.

Tan es así que, en base a los datos brindados por distintos voceros, los ladrones accedieron a la habitación donde se encontraba la damnificada, una mujer de 50 años de edad, y la despertaron.

Pese a que la superaban en número y en fuerza, los delincuentes pusieron toda su hostilidad al servicio del atraco con la intención de “ablandar” a la mujer, a quien la colmaron de miedo con fuertes amenazas, en una primera instancia, y luego atándola a la cama con sus propias prendas.

Presa del terror, a la víctima no le quedó otra opción que aceptar como los asaltantes arremetían contra su intimidad revisando cajoneras, placares y cada recoveco de la finca.

Como suele suceder en estos episodios, buscaban dinero en efectivo, especialmente dólares, joyas y otras pertenencias de valor.

La mujer debió repetirle hasta el cansancio que todo el dinero que tenía estaba en Cuenta DNI.

Fue así que uno de los sujetos le tomó el dedo para desbloquear el teléfono y cuando tuvo acceso a la app, se deshizo en intentos para concretar una transferencia.

No se sabe si el nerviosismo lo condujo a cometer errores en el proceso o si la aplicación estaba experimentando alguna falla. Lo concreto es que al final se dio por vencido.

De acuerdo al reporte oficial, luego de varios minutos de zozobra, los intrusos terminaron conformándose con los anillos y cadenitas de oro de la damnificada y su teléfono celular.

Luego, con la desolación en las calles y la oscuridad reinante en el barrio como aliadas, emprendieron la retirada por la puerta principal.

Cuando parecía que todo había terminado, uno de los sujetos volvió a la casa. Su intención era apoderarse de las llaves y cuando la víctima intentó evitarlo el sujeto le pegó en la cabeza. Luego la tomó del cuello.

Todo apunta a que casi enseguida la soltó, porque la vio desmayarse.

En ese contexto, transcurridos unos minutos, la mujer logró reponerse y dio aviso al 911.

Si bien los buscaron por la zona, los rastrillajes resultaron negativos.

La banda de los “Sindi” ahora cobró triste fama. Es por la sonrisa de sus integrantes, que mete miedo.