Turistas gasoleros: disfrutar las playas a bajo costo

Pasar una quincena completa en la costa parece ser cosa del pasado. El precio de los alojamientos, el valor de la comida y de las salidas recreativas obligaron a los turistas a cambiar sus hábitos y el primer recorte inevitablemente fue para la cantidad de días que se quedan en el destino elegido. La mayoría de las personas que llegaron a Mar del Plata en lo que va del 2024 reconocieron que solo se quedarán unos pocos días en “La Feliz”, algunos una semana, pero no mucho más.

Acortar la estadía no es la única estrategia elegida por los veraneantes para no quedarse sin viajar. Salir lo menos posible, cocinar y llegar a la playa con las heladeritas cargadas de provisiones fueron otras maneras de evitar los grandes gastos y poder disfrutar de su descanso en el mar.

“Nos la rebuscamos un poco más, cocinamos en el departamento, comemos algo más sencillo, no es como en otras ocasiones en las que uno podía darse el lujo de salir a comer afuera y darse algún gusto”, relató desde Mar del Plata Rubén Urdangaray , vecino de Berisso y remarco “este es un año más de rebusque”.

A la hora de salir a comer afuera lo que predomina son las promociones. Bares cercanos a la costa ofrecen combos de desayuno y merienda que comprenden dos medialunas más un café a $1.800 o torta del día más dos infusiones a $5.500. Además tienen “promos playeras” mediante las que ofrecen sandwiches de milanesa y una gaseosa a $3.900 o sandwiches de jamón crudo y queso, también con una bebida, a $3.500.

En ese sentido, el vecino de la Región comentó que “buscamos los precios porque hay entre un lugar y otro hay una diferencia abismal, algunos son un poco más accesibles pero otro valores para nosotros son prohibitivos. Por ejemplo el otro día fuimos a una parrilla y nos pidieron casi $50.000 por una cena para tres, imposible de pagar algo así. Pero por ahí en los lugares del puerto el valor es más accesible, está a $15.000 o $20.000, sigue siendo complicado porque hacerlo seguido es difícil, pero es un gusto que te podes dar”.

La conservadora, la estrella del verano

Junto con la sombrilla y las reposeras, las conservadoras y “heladeritas” portátiles son los infaltables de cada verano, pero en esta temporada las últimas se volvieron la estrella indiscutida. Es que los altos precios hicieron que sentarse a comer en un parador sea la última opción, la gran mayoría opta por comprar las cosas afuera de la playa y llegar con todo listo para pasar el día sin incurrir en grandes gastos.

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De esta forma, las conservadoras que antes solían usarse con más frecuencia para las bebidas ahora están repletas de sandwiches, frutas, tuppers con comida preparada con antelación o cualquier otra provisión que los turistas deseen comer.

En contrapartida, los paradores o bares playeros que en otros veranos supieron estar repletos ahora están vacíos. Lo mismo sucede en los balnearios privados donde las carpas que antes “volaban” ahora están desocupadas.

Las salidas recreativas fueron otra de las actividades que se vieron afectadas. Ir al teatro a ver las obras protagonizadas por las celebridades del momento ya no es tan habitual, al igual que sucede con la comida también se ahorra en los paseos. Por lo que en lugar de las clásicas revistas de verano, muchos eligen ir a espectáculos gratuitos, pasear por el centro de la ciudad o por qué no salir a tomar algo. Pero teatro y cena, el combo que solía ser indiscutido, prácticamente quedó descartado.

De esta manera los precios obligaron a muchos a cambiar sus hábitos turísticos, pero a pesar de reducir los gastos a la mínima expresión, consumir solo lo indispensable y cambiar sus costumbres, el disfrute no se pierde. Quienes llegaron a Mar del Plata lo hicieron adaptándose a su propio presupuesto y nada les impidió disfrutar sus días en la costa atlántica.

Nota en Mar del Plata: Mauro Milani