Colorido tributo a Gauchito Gil en 133 y 35
Edición Impresa | 9 de Enero de 2024 | 02:18

Convertido en plegaria pagana, el chamamé suena fuerte en el santuario local de Gauchito Gil -133 y 35 - y cientos de promeseros lo bailan vestidos con prendas coloradas similares a las del gaucho homenajeado. Como cada 8 de enero, día en el que murió ese personaje que creen milagroso, le demuestran su devoción y gratitud. El epicentro de la celebración estuvo en Corrientes, pero en nuestra ciudad la gente colmó las instalaciones de San Carlos.
Antonio Gil, gaucho rural, fue perseguido y se alistó para pelear en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Al regresar fue reclutado por el Partido Autonomista para pelear en la guerra civil correntina, pero él desertó y fue ejecutado. Antes de morir le dijo a su verdugo que si le daba sepultura, su hijo enfermo sanaría. Así pasó y creció la leyenda.
Milagros, una joven ensenadense de 17 años, lleva tatuado en su brazo “Gauchito Gil” y junto a sus padres visitó el santuario local. “Desde los 14 creo en Gauchito Gil, pero el año pasado tuve un accidente automovilístico muy grave y se me presentó, salí ilesa y por eso vengo a agradecer”, dice.
José Gamarra conoció la historia de Gauchito en el Parque Pereyra, en una capillita colorada de las típicas que se levantan al costado del camino: “Fue hace años, le pedí un trabajo efectivo, a la semana lo conseguí “.
Mary Franco organiza desde hace 19 años las celebraciones. “La gente viene, baila, enciende velas, comparte el día. Todo arrancó a las 9 y sigue hasta que se vaya el último promesero”, asegura.
“Mi promesa es bailarle, a mi me ayudó a sanar de un cáncer de cólon”, afirma Norma Larrosa a punto de ingresar a la pista de baile donde la danza es plegaria.
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