“El aprendiz”: la película que enfurece a Trump llega a los cines

Décadas antes de compartir sus consejos y despedir jóvenes en “The Apprentice”, Donald Trump fue ... un aprendiz. Su mentor: Roy Cohn, un despiadado y poderoso abogado en Nueva York de los años 1970 y 80, quien previamente fue uno de los principales asesores del senador Joseph McCarthy.

La conexión Trump-Cohn es conocida, al menos para quienes siguen la política estadounidense. Pero en “El aprendiz”, una película provocativa, que llega el jueves envuelta en polémicas, su director, Ali Abbasi va más allá: el director danés iraní postula que esta relación esencialmente convirtió a un joven heredero de bienes raíces, inexperto, pero tremendamente ambicioso, en el hombre que sería el 45º presidente de Estados Unidos, rompiendo las normas de la política estadounidense en el camino.

Hablando de caminos inverosímiles: la mera ruta de “El aprendiz” (que toma el nombre del programa que volvió a Trump una figura mediática) a la pantalla grande es forraje para su propia película. Escrita por Gabriel Sherman y protagonizada por un trío ingeniosamente formado por Sebastian Stan (Soldado de Invierno para Marvel, Tommy en “Pam y Tommy”) como Trump, Jeremy Strong (“Succession”) como Cohn y Maria Bakalova como Ivana Trump, la película no fue elegida en Cannes en mayo en parte, al menos, a una avanzada legal de los abogados de Trump.

El vocero de la campaña de Trump calificó la película de “pura ficción” (los cineastas dicen que su guion está “basado en hechos”). Uno de los inversores de la película, el partidario de Trump Dan Snyder, expropietario de los Washington Commanders, la vio y quiso salir de la sala. Hace sólo unas semanas, Briarcliff Entertainment anunció que estrenaría “El aprendiz” menos de cuatro semanas antes de las elecciones estadounidenses, agudizando la polémica.

Sebastian Stan, el actor de “Capitán América”, encarna a Donald Trump en la película

Abbasi, mientras tanto, dice que su película no es biográfica en absoluto, sino una mirada a una relación, y a un sistema que se trata de ganar a cualquier costo. Tampoco está, dice, tratando de ser político, un objetivo tal vez imposible. En cualquier caso, es difícil imaginar que alguien vea el filme para tomar una decisión sobre Donald Trump, claro.

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Pero la película sobre la mentoría de Cohn a un joven Trump en la década de 1980 no puede verse como algo menos que una provocación dramática en un año electoral. Y a Abbasi le parece bien: “Mi regla general es que, si todo el mundo está contento, algo va mal”, dice Abbasi. “No le tengo miedo a la polémica. No es donde me divierto. Pero también sabía que seguiría con algunas de estas cosas. El tipo de películas que me gustan, tienen un temperamento, como las personas. Hay personas que son amables, educadas y neutrales, pero ese no es el tipo de personas que normalmente recuerdas. Las personas pueden ser de mal genio o malhabladas y te acuerdas de ellas. Quiero ser una de esas personas que recuerdas, en cuanto a películas”.