Lo encañonaron cuando volvía del trabajo y le llevaron la camioneta

La Ciudad se encuentra inmersa en una vorágine de inseguridad que cada día va in crescendo provocando un aumento en los niveles de frustración, preocupación y miedo.

Es que además del episodio delictivo, las víctimas se enfrentan a la violencia extrema que cada hampón o banda le imprime a su acto.

Justamente, ayer se conoció el caso del hombre de 87 años fue encontrado por su hija, sin vida en su vivienda de 146 y 528, barrio La Granja de San Carlos.

Si bien en un momento se especuló con una muerte natural, fuentes judiciales indicaron que la hipótesis principal apunta a un robo.

Tanto San Carlos como Los Hornos son comunas que casi diariamente quedan en el centro de la escena policial por los violentos delitos que allí se cometen.

Son incontables las movilizaciones que se han hecho en ambos lugares para exigir que se tomen medidas para frenar el delito.

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Vecinos de ambas comunas se han volcado a las calles para pedir seguridad.

En este contexto, quienes sufren este flagelo, critican la actuación de la policía, en primer lugar, y de la Justicia, en segundo lugar, aunque también reconocen que el trasfondo del crecimiento y dominio de la criminalidad es la falta de voluntad política.

Mientras tanto, los episodios delictivos continúan manifestándose con una diversidad de modalidades en constante expansión.

Hurtos callejeros, ataques de motochorros, entraderas y escruches son algunos de los métodos que emplean los ladrones.

La situación que se vive en San Carlos quedó reflejada ayer tanto en el caso del jubilado que fue hallado muerto como en el robo que sufrió un vecino horas antes.

En horas de la noche del martes, la cuadra de 140, entre 43 y 44 fue escenario de una violenta entradera que, además de causar perjuicios económicos, dejó a la víctima y a su familia sumidos en un profundo estado de conmoción debido a la embestida delictiva.

Según pudo saber este diario, tres motochorros, que circulaban en una sola moto, asaltaron a mano armada al hombre cuando se encontraba en pleno proceso de estacionar su auto.

Todo el acto fue ejecutado a eso de las 22:00, cuando el damnificado estaba por ingresar su vehículo a su domicilio.

El hombre, que venía de cumplir con su jornada laboral, jamás imaginó que terminaría a merced de una banda armada y, aparentemente, con una extensa experiencia en el tema.

Según expuso la víctima, si bien alcanzó a ver cómo los tres sujetos se aproximaban nunca se le cruzó por la mente que uno de ellos saltaría con el vehículo en movimiento y con la velocidad que venían transitando.

Probablemente, el agotamiento acumulado por la ardua rutina laboral disminuyó sus reflejos y le impidió interpretar la presencia de estos sujetos como una amenaza a su integridad.

Lo cierto es que apenas el ladrón tomó contacto con él, mediante amenazas con un arma de fuego lo obligó a ingresar a su casa.

En cuestión de segundos los secuaces se subieron al rodado y comenzaron a realizar una serie de maniobras para poder arrancarlo.

Es que el vehículo, un Renault Duster, no tenía la llave puesta. Por un momento, el damnificado pensó que no se podrían llevar la unidad a causa de esto.

Pero grande fue sorpresa cuando al cabo de unos minutos, ubicado detrás de su portón, escuchó cómo arrancaban su auto para luego huir del lugar.

Además del rodado, de forma indirecta, también le robaron documentación y dinero en efectivo que tenía en el interior.