El carnet de conducir y un trámite que debiera simplificarse

Desde el gobierno nacional ser reiteró ayer lo anunciado en agosto pasado acerca de una reforma destinada a simplificar los trámites que se reclaman para obtener la licencia de conducir, en medidas que cobrarían vigencias,en medidas que, en lo medular, promoverán la gestión sin que sea necesaria la presencialidad, advirtiéndose de todos modos que serán las provincias las que tendrán que adherirse.

El nuevo titular del ministerio de Desregulación y Transformación nacional dijo que “va a salir una reforma muy integral del código de tránsito, por ejemplo, que la renovación de la licencia no va a requerir ir presencialmente”. El funcionario añadió que “muchas veces los municipios usan esto como mecanismo de recaudación. En la ley vamos a cambiar el sistema para que sea más fácil, si las provincias lo aceptan”, consideró.

Se explicó oficialmente que en el caso de quienes tienen más de 60 años “se pedirá que continúen con la presencialidad porque el examen debe hacerse cada vez más frecuente”, y en el caso de las renovaciones de carnet para menores de esa edad no se requerirá cumplir con exámenes teóricos ni prácticos (siempre y cuando el documento lleve menos de un año vencido).

En nuestra ciudad se vinieron sucediendo a lo largo de los años fenómenos inexplicables, como las largas esperas para conseguir ser atendidos y lograr luego obtener el registro de conductor, sin dejar de tener que dirigirse a distintas reparticiones –bancos, tribunales de faltas, etc.- para obtener diversas constancias y superar con infinita paciencia demoras como las que se registran cuando falta plástico en el país para confeccionar las tarjetas, entre otros múltiples inconvenientes.

Se llegó inclusive a reclamar a los postulantes que sus vehículos “tuvieran cumplida la VTV” o que “no contaran con los vidrios polarizados”, de modo que además de tener que demostrar condiciones personales para manejar un vehículo, este debía cumplir también con determinadas características mecánicas. De todos modos, si el postulante alquilaba un auto en alguna agencia cercana al lugar de expendio de los registros, podía dar el examen práctico sin ningún inconveniente.

Es comprensible que en el caso de los mayores de edad, la renovación del registro deba concretarse en forma obligatoria una vez al año. Pero ello no justifica en modo alguno las las penurias que deben enfrentar cada doce meses. En muchos de los casos esas personas, pese a que cuentan con solvencia física y mental para conducir un vehículo, se ven obligadas a superar largas demoras y a perder tiempo en largas colas y en la concreción de múltiples trámites, Además de tener que enfrentar costos de tramitación cada vez más elevados.

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Es de esperar que, más allá de las reformas anunciadas –si es que van a ser aceptadas o no por la Provincia- se busque igualmente simplificar un trámite y que se atienda a todo el mundo con mayor presteza y consideración.