Leandro Mamut: la historia del pibe de Gimnasia que juega bien

Había mostrado chispazos en primera, desde aquel lejano debut el 19 de febrero de 2021 en el tiempo de descuento de una victoria 3-0 sobre Talleres en el Bosque por la Copa Maradona. El domingo pasado, en el mismo Zerillo, tuvo continuidad en la conducción y chispazos de su talento para redondear una muy buena actuación, al margen incluso del gol de la victoria. El flaquito con el 34 en la espalda resaltó como nunca. Es lo que muchos de los hinchas que patean el fútbol juvenil venían esperando de Leandro Mamut.

“Siento que hice un buen partido gracias a la confianza que me dan mis compañeros”, repasa Mamut, horas antes de su mejor partido desde el debut. Una presentación con el bonus de su primer gol en el fútbol grande, con un zapatazo de derecha que le rompió el arco a Tomás Durso tras un rebote de una pelota parada.

Por todo eso, cuando fue reemplazado por David Zalazar a los 46 minutos del complemento, salió muy aplaudido del campo de juego. Una caricia más para el pibe, que no tuvo tanta continuidad durante 2024. “Sentir la ovación de toda la gente fue una alegría extra”, expresó el juvenil, que este año debió someterse a una intervención quirúrgica para dejar detrás un cuadro de pubalgia.

Fueron muchos meses parado, casi sin chances de entrenar bien y mucho menos de jugar. “Me llevo bastante tiempo la lesión, pero con la operación y una buena recuperación pude volver bien”, resalta hoy, a la distancia y con la tranquilidad de tener la continuidad futbolística al alcance de la mano.

Nacido el 31 de diciembre de 2003 y criado en el barrio de Malvinas, Mamut llegó a Gimnasia en 2015. “Me llevo mi entrenador del club de barrio a una prueba que se hacía en El Bosquecito” recuerda el enganche que, rápidamente, inició un camino ascendente en el fútbol juvenil tripero gracias a su buen manejo de pelota y capacidad de pase, jugando habitualmente como enganche.

Fue parte de una camada que dejó algunas figuras y varios contratos profesionales en el Lobo. En esa 2003 compartieron plantel con Mamut: Ignacio Miramón, Benjamín Domínguez, Ivo Mammini, Alan Sosa, Gonzalo González, Mateo Cardozo, Fabricio Corbalán, Valentín Peñalva y Fermín Irisarri. Nada menos que diez contratos profesionales de la misma categoría, con dos de ellos transferidos al exterior más allá de que Nacho Miramón esté nuevamente en el país, nada menos que defendiendo los colores de Boca Juniors.

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Con apenas 17 años llegó el debut, pero siempre se dice que lo más difícil es mantenerse y eso le sucedió a Mamut, que jugó en tiempos de Chirola (incluso tuvo su debut como titular ante Independiente Santa Fe en la victoria 1-0 en el Bosque por la Sudamericana), no tuvo chances con Leonardo Madelón y -superada la lesión- se convirtió en la apuesta de Marcelo Méndez, que lo puso ante Sarmiento y Newell’s para darle la titularidad en cancha de Independiente y la responsabilidad de conducir al equipo en la victoria frente al conjunto tucumano.

Ante Independiente, Gimnasia jugó un partido flojísimo, aunque Mamut no pasó desapercibido, ya que su remate de volea que sacó Rodrigo Rey al tiro de esquina fue la única llegada de gol que tuvo el conjunto tripero a lo largo de toda la tarde. En cambio, ante Atlético Tucumán, el gol fue temprano y la función en la cancha, la de toda la vida. “A medida que iba pasando el partido fui sintiéndome más tranquilo y seguro”, aseguró el mediocampista tripero que recibió el respaldo de los más experimentados del plantel: “Los más grandes desde el primero momento me dieron su confianza . Siempre me dicen que esté tranquilo y pueda dar lo mejor de mí”.

A sus 20 años, Leandro vive con su mamá y sus cinco hermanos menores. Uno de ellos, Alex, categoría 2008, es mediocampista en la Séptima albiazul. Y Dylan juega en la Liga Amateur Platense. En todos ellos pensó cuando vio que la pelota iba con fuerza hacia el arco y Durso no iba a poder sacarla a los 9 minutos del primer tiempo en el Bosque. Por eso, en el festejo de cara a la tribuna Centenario “lo primero que se me vino a la cabeza fue mi papá. También toda mi familia. Además sentí mucha alegría”.

En ellos piensa también cuando el músculo duerme y la ambición descansa. “Mi sueño es comprarle una casa a mi mamá y ayudar a toda mi familia”, remarca el pibe. Un sueño noble, de esos que cualquier futbolero quiere que se cumple pronto. “El sueño del pibe”, ese tango que Diego Armando Maradona se animó a cantar.

Leandro Mamut tiene la chance de que este puñado de partidos sirva para su futuro, más teniendo en cuenta que seguramente Pablo De Blasis y Lucas Castro continuarán en el club, regresará Alan Sosa de su préstamo en Aldosivi y todo Gimnasia sueña con el regreso de Ignacio Fernández. Por eso, cada minuto y cada jugada se disfruta, porque está construyendo su futuro.