Quieren tomar la escuela para cuidarla de saqueos

La escuela primaria Nº 29, ubicada en calle 25 entre 526 y 527, sufrió un nuevo robo en las últimas horas, que se convierte en el séptimo hecho en lo que va del año.

Con mucha indignación, padres de estudiantes se comunicaron con EL DIA para explicar lo sucedido: “Ingresaron violentando una reja y rompiendo la ventana del aula de sexto grado, se llevaron la impresora y la computadora, la comida para el viaje de egresados de nuestros hijos que fue reunida con mucho esfuerzo y rompieron la mayoría de las cajas de mercadería de Mesa Bonaerense destinadas a las familias”, dijo un portavoz de la protesta.

A su vez, agregó: “También robaron en el comedor y hoy no va funcionar, más de cien chicos no van a poder tener su almuerzo, se quedan sin comer”.

Como ya fue mencionado anteriormente, este fue el séptimo robo que sufre el establecimiento educativo y por ello, los padres solicitaron que se tome alguna medida.

“Tenemos un subcomando a dos cuadras del establecimiento educativo y nadie se hace cargo. En caso de no tener ninguna respuesta o media de seguridad ante los constantes robos, vamos a tomar la escuela primaria”, se indicó desde la comunidad educativa.

Hace poco mas de un mes otro robo a una escuela primaria de La Plata provocó que unos mil alumnos se quedaran sin clases presenciales.

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En esa oportunidad, la primaria “Profesor Francisco Guerrini”, del barrio de La Granja, fue blanco de un durísimo golpe y los delincuentes robaron equipos imprescindibles para el desarrollo de las clases, según señalaron autoridades.

De modo que por ese episodio el establecimiento de 520 y 139 dejó de dictar clases y la continuidad pedagógica, según se dijo, debió continuarse “a duras penas” por la vía virtual.

Al reanudarse el ciclo lectivo, docentes, directivos y los mismos escolares se encontraron con un cuantioso faltante, entre ellos el robo de tres bombas de agua de un total de cinco que dispone el colegio.

Los ladrones se llevaron además heladeras, artículos de cocina y otros elementos de valor. Pero fue básicamente la falta de agua la que obligó a cerrar la escuela.

El robo de material didáctico, de muebles, artefactos electrónicos y de otros bienes propios de esos establecimientos –computadoras, distinto material didáctico, elementos de cocina y artefactos eléctricos- así como los destrozos edilicios, siguen siendo así un clásico de la delincuencia platense, favorecida por la escasa, por no decir nula, prevención policial existente para combatir esta modalidad tan dañina.

En las comunidades educativas se planteó que los edificios escolares no deberían quedar expuestos e indefensos frente a robos, daños y a los eventuales riesgos.