El dilema de exponerse al peligro cuando la necesidad apremia

A poco más de un año y medio de que las motos se abrieron paso dentro del transporte de pasajeros de la Región bajo las aplicaciones Uber y Didi, cada vez son más las unidades de dos ruedas que se ofrecen para viajes urbanos. Quienes se animan a subirse aseguran que cuesta dos y a veces hasta tres veces menos de lo que cobra un coche. La opción es resistida por remiseros y taxistas, que desde su aparición denuncian su funcionamiento a margen de las normas.

La irrupción de los viajes en moto expuso además parte de los riesgos que asumen quienes eligen a la plataforma para ganar unos pesos más en un contexto donde la necesidad económica apremia. Uno de estos riesgos en la exposición al delito. Esto se debe al aumento de robos de motos en La Plata, Berisso y Ensenada que, en algunos casos, representan un riesgo de vida para las víctimas.

Y ni hablar de los siniestros viales que, si bien esta nota no profundizará sobre esta grave problemática, no se puede obviar el triste dato de que en la Región la principal víctima fatal por accidentes de tránsito es el motociclista.

Los conductores de estas aplicaciones para viajes se presentan arriba de las más variadas cilindradas, aunque por lo general las motos de mayor circulación son los ciclomotores (de 50 cilindradas para abajo). Si bien el sistema no cuenta con seguro ni con ninguna otra garantía para los pasajeros y pasajeras, el chofer lleva casco puesto y otro para el “acompañante”, a quien le exige su uso.

Volviendo a la materia de la inseguridad, muchos de estos robos se producen en horarios nocturnos o en zonas específicas donde los conductores suelen trabajar. Los informes policiales dan cuenta también que los delincuentes a menudo utilizan armas y actúan con violencia para despojar a las víctimas de sus vehículos. Muchos de los damnificados, según revelan, son conscientes que enfrentan un riesgo constante, sin embargo, eligen exponerse al peligro con el fin de tener unos pesos más y “llegar a fin de mes”.

Lógicamente la situación resalta la necesidad de un enfoque más integral para abordar la delincuencia y proteger a quienes realizan estas labores. “El bolso o te disparo”, había sido la amenaza de muerte que recibió un Uber moto el pasado 20 de octubre en el barrio El Mercadito al momento de finalizar uno de los viajes. La víctima resultó ilesa, pero la despojaron de su rodado. Ahora en las últimas horas un similar episodio de inseguridad se reportó en un sector de El Mondongo, en donde la víctima resultó ser un trabajador de 35 años que es “Didi moto”.

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En cuero y armados

En base a lo informado por voceros policiales a este diario, este nuevo ataque a un conductor de “Didi moto” ocurrió durante la noche del último viernes en la zona de calle 65 y esquina 118. Según las primeras precisiones, todo habría sucedió a las 21 horas cuando el conductor tomó un viaje que tenía como destino ir hasta el barrio El Mondongo. La pasajera era una mujer. Hasta ese momento, todo se dio con total normalidad.

Ella subió, él arrancó, puso primera y comenzó con el viaje. Al arribar a 65 y 118, la pasajera descendió del rodado, pagó y se alejó. Segundos después de quedar solo, el motociclista sacó su celular y cuando estaba por confirmar un nuevo recorrido, fue abordado por dos hombres que estaban con el torso desnudo y aparentemente bajo los efectos de sustancias estupefacientes. “No podían ni hablar”, aseguró la víctimas ante las autoridades policiales.

“Uno de ellos me manoteó la llave de la moto la cual estaba colocada, no podían hablar parecían estar bajo los efectos de sustancias. Luego el segundo sujeto se acercó y me mostró un arma de fuego”, detalló el denunciante.

Atemorizado por la situación, el damnificado comenzó a correr para proteger su integridad física y se resguardó en el interior de un edificio aledaño. Los ladrones no lo persiguieron, pero con la moto en su poder, se dieron rápidamente a la fuga en contramano por calle 65 en dirección a 115.

Otro dato aportado por la víctima es que en el baúl del asiento de la moto tenía documentación personal muy importante, y dinero que fue recaudando en su jornada laboral. Por estas horas, ya notificados del nuevo caso, las autoridades policiales se encuentran en la búsqueda de imágenes que puedan ser aportadas por las cámaras de seguridad de la zona que puedan ayudar a esclarecer el robo y dar así con los implicados que seguramente utilizarán la moto sustraída para cometer más robos.

Su irrupción en las calles expuso los riesgos que asumen a la hora de realizar viajes cortos o largos

En los últimos años hubo un aumento significativo en los robos de motos en toda la Región