“La Sombra del Ángel”: historia de un despertar

Cineasta, fotógrafo, hombre de la danza y el teatro, Ramiro Peri convoca todos los lenguajes artísticos que ha transitado en “La Sombra del Ángel”, largometraje de ficción que se verá esta noche, desde las 20 en el Cine Select, en el marco del Festival de Cine Latinoamericano de La Plata.

La película narra la historia de Ella, que despierta ensangrentada y herida en un pantano en las cercanías de un convento abandonado, en un espacio y época indeterminada. En ese convento, una joven compositora ha sido asesinada cuando estaba a punto de culminar la composición de una pieza musical que abriría las puertas a un mundo de pureza espiritual. Mientras descubre su nuevo entorno y su propia identidad, Ella deberá cumplir con la misión de encontrar y acabar las partituras de la obra inconclusa. En el camino de esa misión, Ella (guiada por una pequeña Niña misteriosa), descubre a su propia “sombra”: Ella Oscura, una especie de doble de sí misma que ha quedado varada en un bucle de tiempo dentro del convento. Ella deberá enfrentarse a su propia tristeza y descubrir su conexión con su oscuridad. Sólo recibiendo la inspiración que le permita completar las partituras, Ella logrará redimir y liberar al espíritu de la compositora, a su otro yo y a sí misma.

La película nace “de una necesidad y de una búsqueda expresiva que, quizás, estuvo latente toda mi vida, desde mi infancia, cuando abracé la vocación del arte”, explica Peri, en diálogo con EL DIA. “Desde muy chico escribía cuentos, poemas, dibujaba… Buscaba las formas de crear los mundos que deseaba habitar. Amaba el cine, pero en ese tiempo no creía que fuera un arte al que pudiera acceder, hasta que descubrí, en 1984, los Cursos de Cinematografía para Adolescentes en el Pasaje Dardo Rocha. Fue una experiencia única, y me resulta relevante y simbólico (y muy emotivo) que la película tenga su estreno en ese mismo espacio”.

Allí, Peri empezó a jugar con el cine a los 14 años, y desde entonces “la búsqueda siempre fue la misma: crear para encontrar una forma particular de Belleza y de Verdad que intuía, siempre en la dimensión del alma, que es la dimensión a la que siento que verdaderamente pertenecemos”.

Peri continuó sus estudios, pero en algún momento “sentí que mis procesos creativos necesitaban más soledad, más intimidad”. Así nació “Retratos”, una serie fotográfica muy personal, donde aborda la naturaleza de lo femenino en su conexión con lo espiritual, “como una forma de reconstruir, con nostalgia, una visión que regresaba desde la infancia. Desde siempre, mis influencias estuvieron fuertemente marcadas por algunas corrientes y artistas del siglo XIX: el post-romanticismo, los simbolistas, y gran parte del cine y la literatura que acompañó mi infancia y mi adolescencia. Fui sintiendo, en la medida en que esa obra fotográfica me permitía habitar el territorio del alma, que era necesario expandirla hacia lo audiovisual”.

Así fue apareciendo en el horizonte “La Sombra del Ángel”: mientras “Retratos” se exhibía en museos y galerías, “empecé a sentir que quería que esos seres atemporales contaran sus propias historias, que se salieran del cuadro y cobraran movimiento, y que su voz resonara con la música. Con mi interés por el cine siempre presente, surgió la idea de un tríptico en el que, con la misma poética y la misma búsqueda mística, pudiera abordar tres verbos que siempre me movilizaron: ‘despertar’, ‘renacer’ y ‘resucitar’. Así nace la idea de ‘La Sombra del Ángel’, que es sobre despertar”.

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Peri escribió el primer guion en 2021, sumó luego a Dana Bonacina, la actriz protagonista, y la película fue creciendo. “La experiencia del rodaje y de todo lo que siguió hasta el final fue única: un esquema de producción atípico, un equipo mínimo, y toda la intimidad y la libertad creativa (sin ningún condicionamiento de ningún tipo) que esta obra necesitaba”.

“Sentíamos en todo momento, que ‘teníamos’ que hacerla, que era una obra necesaria. Y seguimos sintiendo lo mismo. ‘La Sombra del Ángel’ es una película sobre el alma. Transcurre, casi en su totalidad, en la dimensión del alma. Y la hicimos con el alma”, dice el realizador. “Sentíamos, durante el rodaje y la post-producción, que todo sucedía por algo y para algo. Incluso, cosas que sería imposible poner en palabras. Krzysztof Kieslowski decía en una entrevista: ‘Para mí, lo importante no es dónde poner la cámara. Para mí, lo importante es para qué’”. Nosotros teníamos muy claro nuestro ‘para qué’ y eso nos dio la fuerza y la motivación para terminarla sin corrernos de lo que creíamos. Juntos, con Dana y con la idea de mantener el mismo equipo y la misma forma de producción, estamos ahora dando forma a la segunda historia: el renacer”.