Fue a un cumpleaños en La Plata y en su casa había otro festín

El delito en La Plata siempre golpea donde más duele, en la línea de flotación de las personas, porque compromete no solo lo material, lo que se terminan llevando en cada robo. También hay una afección en el ánimo de las víctimas, que a veces necesitan de ayuda profesional para poder enfrentar la realidad tal cual es.

El miedo siempre paraliza y modifica hábitos, lo que pueda tornarse en una especie de obsesión, en una enfermedad.

No es fácil vivir con temor, pero qué se puede esperar en una Ciudad que está atravesada por la inseguridad.

Por ejemplo, un joven de 28 años, que se gana la vida trabajando, ahora debe hacer frente a las consecuencias de un brutal ataque delictivo en su casa de Los Hornos.

Según contó, mientras él estaba en un cumpleaños familiar en un complejo deportivo de 61 entre 26 y 27, no muy lejos de ese lugar, del otro lado de la circunvalación, donde tiene su vivienda, un grupo de ladrones se hacía otro festín.

Pasó en la calle 63 entre 135 y 136, donde forzaron una puerta para entrar a robar.

Desesperado, regresó a su domicilio, pero el desastre era total.

Cuando ingresó en el domicilio, constató el faltante de dos teléfonos celulares, una computadora MacBook Air 13, dos televisores de 58 pulgadas, dos cadenas finas de oro sin dijes, tres relojes pulsera, siete pares de anteojos, una caja de color blanco donde guardaba 1.600 dólares y 100 reales, tres pares de zapatillas deportivas, cinco gorras tipo visera y la ropa de la empresa donde trabaja (YPF).

En ese sentido, refirió una camisa, el pantalón, el mameluco completo y varias camperas. Pero ahí más.

Los ladrones también se llevaron tres almohadones del sillón principal, que tiene en el living del inmueble.

A la hora de reconstruir lo ocurrido, el joven mencionó que una vecina le contó haber visto un Ford Ka estacionado a pocos metros, en el que cargaban objetos que estaban sacando de su vivienda, lo que le llamó mucho la atención.

Por eso ahora los pesquisas buscan imágenes en los equipos de seguridad del barrio, con la esperanza de conseguir registros de interés para el avance de la investigación.

Como dato para destacar, los delincuentes le pusieron un papel al lente de la cámara que tenía el damnificado arriba de la puerta de acceso.