“Casa arrasada”: fueron a trabajar y perdieron todo

Un matrimonio se convirtió en víctima de un robo cometido con la modalidad “escruche”, un acto delictivo donde los ladrones aprovechan la ausencia de los moradores en su hogar para ingresar y sustraer bienes de valor. En este caso, la vivienda blanco de la delincuencia fue una que se encuentra ubicada en la calle 32 entre 157 y 158.

Según los primeros indicios, todo apunta a un golpe planificado en el que se apeló a una vigilancia previa y una meticulosa planificación por parte de los ladrones.

Según pudo saber este diario, como todos los días, a las 9 de la mañana el hombre y su esposa se retiraron con rumbo a sus respectivos trabajos. No había señales de que algo estuviera fuera de lo común, y el inmueble quedó vacío, como era su costumbre.

Como todas las mañanas, confiaron en la seguridad de su hogar, sin imaginar que horas más tarde se convertirían en víctimas de un robo perfectamente ejecutado. Fue alrededor de las 21.50 horas cuando la pareja regresó. Al acercarse a la puerta, notaron algo extraño.

La sensación de que algo no estaba bien se hizo evidente. Como la puerta se encontraba violentada solo les bastó con empujarla para ingresar y confirmar sus sospechas: su casa había sido saqueada. El lugar estaba desordenado y los objetos de valor que con esfuerzo habían acumulado durante los años ya no estaban allí.

Los delincuentes, en su huida, se habían llevado un botín impresionante: más de 6.000 dólares estadounidenses, varios miles de pesos en efectivo cuya cifra exacta no pudo ser precisada, dos teléfonos celulares, una notebook, dos relojes de la reconocida marca Citizen y hasta las alianzas de la pareja.

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Todo apunta a que el asalto no fue un hecho aislado, sino un acto planificado. Según las primeras hipótesis de la investigación, los ladrones pudieron haber estado vigilando a la pareja durante varios días.

Este postulado sostiene que, como sucede en muchos escruches, los hampones sabían, con precisión, el horario exacto en que los moradores saldrían para ir a trabajar. Fue en ese momento cuando, con total seguridad, decidieron ejecutar el golpe, sabiendo que el hogar estaría vacío durante varias horas.

La modalidad del “escruche” es habitual en situaciones donde los delincuentes estudian los hábitos de los dueños de casa, y en este caso, la rutina del matrimonio fue clave para los ladrones, que confiaron en que no confrontarían con nadie.

Aunque la propiedad cuenta con cámaras instaladas en puntos estratégicos, las grabaciones no han sido de gran ayuda. Pese a que los dispositivos registraron el momento en que los ladrones ingresaron al domicilio, las imágenes no permiten identificar a los autores del robo. La baja calidad de las filmaciones y la falta de detalles sobre los rostros de los intrusos han dificultado la labor de la policía.