Una verdad incómoda para los libertarios y el PRO

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La tensión en la relación entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO ocupó un lugar destacado en el escenario político en los últimos días y es probable que se mantenga en ese lugar hasta el 15 de mayo cuando deberán oficializarse las alianzas electorales, siempre y cuando se mantenga el calendario anunciado.

El desencadenante fue el intento de sanción de la ley de Ficha Limpia en la que la actuación de LLA fue, como mínimo, confusa. Por un lado, el oficialismo había demostrado su interés en avanzar con el proyecto que era de autoría del PRO, pero a la hora de ir al recinto, muchos diputados libertarios no se hicieron presentes.

A partir de allí, se habló de un pacto entre la LLA y el kirchnerismo, ya sea explícito o implícito, dada la coincidencia objetiva de intereses. Porque ambos comparten la lectura, que le resulta funcional a sus intereses, de que el escenario político está dividido en dos campos liderados por cada uno de ellos y sin que haya espacio para terceros. Pero no todos son construcciones teóricas sino que también hay acciones políticas concretas.

Desde el bloque de Diputados de UxP le avisaron al oficialismo que, si avanzaban con la Ficha Limpia que le impediría a Cristina Kirchner ser candidata, debían olvidarse de la reelección de Martín Menem como presidente de la Cámara. La eventual derogación de las PASO podría ser un nueva demostración de intereses compartidos.

Esa presión no le vino mal a los libertarios porque tampoco los conformaba el proyecto que impulsaban los bloques dialoguistas, más allá de quieran a Cristina en carrera porque les simplifica la estrategia electoral.

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De todas maneras desde, LLA tienen otro argumento y es que aun estando presentes todos sus diputados no se hubiese llegado al quórum necesario para comenzar la sesión.

Los comunicados posteriores a la frustrada sesión de Diputados deterioraron un poco más el vínculo entre las dos fuerzas que tienen visiones políticas similares y gran parte de sus votos provienen de los mismos segmentos del electorado.

De cara a las elecciones de 2025, la situación para el oficialismo es más lineal, porque todo dependerá de la evaluación que haga la sociedad de los primeros dos años de gestión del gobierno a la hora de agarrar la boleta única.

Por su parte, la suerte del PRO dependerá de la estrategia y tiene poco margen de error porque deberá renovar 22 sobre 37 diputados con los que cuenta dado que pondrá en juego su buena cosecha de 2021. Y en este contexto, tendrá dos lugares clave, la CABA, su distrito fundacional que gobierna desde 2007 y la provincia de Buenos, en la que debe renovar 7 bancas y habrá 35 en disputa.

Dentro del PRO hay quienes consideran que convendría ir a las elecciones sin hacer una alianza con LLA en Buenos Aires, pero otros la consideran una jugada muy riesgosa dada la debilidad actual del partido amarillo.

Con solo tres gobernadores, y un grupo de intendentes en territorio bonaerense, pero divididos por sus diferentes alineamientos internos entre bullrichistas y macristas, el peso futuro del PRO estará en gran medida supeditado a la representación que mantenga en Diputados. Y sin compartir listas con el oficialismo, las chances del PRO a sostener, aunque sea en parte, su actual representación parlamentaria, son escasas.

Pero LLA también tiene que pensar que perder la PBA sería un dato político negativo por la importancia que todos los análisis le darán a esa elección, y las probabilidades de que ello ocurra son mayores en caso de que no logre un acuerdo con el PRO.

Todos los caminos conducen a que finalmente haya un acuerdo para compartir las listas de candidatos, pero no faltarán ruidos en el trayecto. Y el nivel de popularidad con el que llegue Milei a esa instancia determinará el espacio que los libertarios estén dispuestos a darle al PRO en las listas comunes.

“La eventual derogación de las PASO sería una nueva demostración de intereses compartidos”