Entraron a un jardín y robaron hasta un robot

A las pérdidas generadas por el hurto de dispositivos, se deben sumar los costos por los daños causados en las puertas y las cerraduras

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A menos de un mes del inicio de un nuevo ciclo lectivo, un establecimiento educativo de City Bell sufrió el embate de la delincuencia con un escruche del que muy probablemente será difícil reponerse.

Poco importó a estos sujetos las implicancias que su accionar pueda llegar a tener en el futuro de los niños y niñas que asisten tanto a estudiar como a recibir contención de parte de sus maestros. Demostrando una total falta de escrúpulos, la banda profanó cada una de las aulas del Jardín 942, ubicado en calle 469, entre 7 bis y 8 y se apoderaron de todo cuanto pudieron.

Como viene dando a conocer este diario, desde hace varios años las escuelas de la Región vienen atravesando una difícil situación a raíz de la inseguridad.

Como si se tratara de una guerra a muerte, los ladrones no dan tregua a los establecimientos para poder al menos reponerse y aunque “ya no quede nada más por robar” arremeten sin contemplaciones una y otra vez contra los edificios llevándose lo poco que queda y provocando serios destrozos cuyo costo de reparación supera con creces el valor de los botines de los que suelen apoderarse.

Esta fue la situación que padeció el Jardín 942 que además de útiles, también sufrió severos daños en su estructura edilicia.

Según fuentes policiales, los delincuentes que perpetraron el atraco se llevaron un botín compuesto por 15 tablets, dos robots educativos, tres notebooks, un ventilador y un monitor de 15 pulgadas.

Como se indicó, a las pérdidas generadas por el robo se deben sumar los destrozos que provocaron en las aberturas para poder ingresar al recinto. Todo apunta a que abrieron las puertas tanto con barretas como a las patadas ya que se hallaron marcas de un calzado en una de las aberturas.

La situación fue descubierta por una auxiliar que acudió al establecimiento durante la mañana de ayer en el marco de los preparativos para el inicio de las clases. Al arribar, lo primero que se encontró fue que con un desorden mayúsculo que a las claras denotaba que habían recibido una visita indeseable.

En medio del desorden, como pudo fue escudriñando la escena y así logró darse cuenta de que habían ingresado por un ventiluz que hallaba abierto.

Fue así que la auxiliar se comunicó con la directora y ambas realizaron un registro mucho más profundo del edificio a fin de evaluar daños y detectar faltantes. En ese marco, confirmaron la inmoralidad de los perpetradores ya que no les bastó con apoderarse con los dispositivos electrónicos.

Es que además se llevaron productos de limpieza, materiales didácticos, una resma de papel y elementos de librería.

Los golpes contra establecimientos educativos se han convertido en una constante en la Región a punto tal que en varias escuelas han llegado a generar planes de contingencias para evitar seguir convirtiéndose en blancos de asaltos. En este marco, se ha vuelto común que los directivos, docentes e incluso el personal de maestranza tengan que llevarse los insumos a sus casas como medida preventiva.

 

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