La ciudad del oro que se convirtió en la meca del snowboard

Breckenridge, antigua ciudad minera de Colorado, ha pasado de la fiebre del oro a ser un destacado destino de snowboard en las Montañas Rocosas. Aunque Vail y Aspen son opulentos, Breckenridge conserva su encanto rústico. Con condominios lujosos y la góndola BreckConnect, la modernidad se mezcla con la autenticidad histórica.

El centro histórico ahora alberga vinotecas, pero la esencia sigue siendo la pasión por el esquí y el snowboard. Explorar el Distrito Histórico Nacional a pie revela la historia minera junto al Blue River. El Crown Cafe and Tavern ofrece un encuentro auténtico con lecturas y juegos junto a la chimenea.

La gastronomía ha evolucionado desde simples sándwiches a opciones gourmet en lugares como Relish. El Breckenridge Theatre, en el Breck Arts District, presenta obras contemporáneas y clásicas, brindando una experiencia teatral única. El desayuno en Daylight Donuts es tranquilo, con el Daylight Special como favorito del alcalde Ernie Blake.

El BreckConnect, teleférico de 2300 metros, lleva a entusiastas del snowboard y esquí desde la ciudad hasta la base de Pico 8 en 10 minutos. Con 30 telesillas y 1.036 metros de desnivel, Breckenridge ofrece terrenos diversos para todos los niveles. Tras esquiar, las opciones de relajación incluyen Bergy Beach y el Cellar, un bar de vinos.

Modis, con su estética ecléctica, representa la evolución gastronómica con platos asiáticos. La vida nocturna en Sherpa & Yeti’s y el Gold Pan Saloon cierra el sábado perfectamente. ¿Resaca o altitud? Helen’s Coffee Cart ofrece café fuerte y oxígeno aromatizado.

Breckenridge va más allá de los deportes de nieve con senderos en el Bosque Nacional White River. El Beaver Meadows Trail permite explorar la naturaleza. Explorar Breckenridge en 36 horas es sumergirse en su pasado minero y su presente turístico, fusionando autenticidad e innovación en las montañas.