“Mercado delictivo”: se metieron a robar en otra inmobiliaria

“Mercado delictivo”, “mercado saturado -de chorros-” o “mercado complicado”. Cualquiera de estas tres frases hubiese servido para explicar el contexto que afrontan las inmobiliarias de la Ciudad, ya que al margen de los problemas propios del oficio, con las ventas por el piso y el complejo tema de los alquileres, entre otros, también deben soportar el drama de la inseguridad.

Según confiaron a este diario fuentes policiales, ahora le tocó a la “Inmobiliaria Montesanti”, de Diagonal 77, 12 y 40.

En base a la denuncia que radicó uno de sus propietarios, el hecho ocurrió en la madrugada de ayer, aunque lamentablemente tomaron conocimiento de lo sucedido con todo consumado.

Fue por el aviso de una vecina, que se contactó para avisarles que, al levantarse y revisar sus cámaras, observó gente en los techos del comercio.

Por eso se dirigieron rápidamente hasta el lugar, aunque sin otro espacio posible que el de contemplar las consecuencias del ataque.

Siempre en base al relato del comerciante, los delincuentes se filtraron al edificio a través de la ventana de un baño, que da a una especie de pulmón interno dentro de la construcción.

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En esas circunstancias, una vez en el interior de la inmobiliaria, encontraron todas las salas y muebles completamente revueltos, y una caja fuerte que había sido desprendida de la pared.

Al parecer, la forzaron sobre el suelo y se alzaron con los 1.200 dólares y 800.000 mil pesos argentinos, que guardaban en su interior.

También, mencionaron, desapareció un cheque de 950.000 mil pesos.

Ahora el caso está en manos de los investigadores policiales, que cuentan con las imágenes que grabó la cámara de la vecina de la inmobiliaria, aunque no se sabe su grado de nitidez y si realmente sirven para identificarlos.

Igualmente, los pesquisas recorrerán toda la zona en busca de más filmaciones y potenciales testigos.

También irán detrás de alguna certeza sobre el origen del golpe. Si fue al voleo o si sus autores manejaban algún tipo de información sobre la existencia de esa suma dentro de la oficina.

El barrio, demás está decirlo, como pasa en todos los rincones de la Ciudad, está muy complicado.

Hace pocas horas hubo un procedimiento en la Plaza Belgrano, a metros de la inmobiliaria, donde detuvieron a dos jóvenes con droga.

Ese hallazgo, tal como informó EL DIA en su edición anterior, dio lugar a un allanamiento en las inmediaciones, donde incautaron más elementos de interés para el caso.

Por eso todo puede estar vinculado y nadie lo descarta.

La presencia de “gente rara” en ese espacio público, en pleno centro platense, preocupa mucho a los vecinos, que comenzaron a ver con cierta dificultad la posibilidad de ir a tomar un poco de sol, unos mates o, incluso, atravesar esas dos manzanas entre las calles 12 y 14 y de 39 a 40.

ANTECEDENTES

En octubre pasado, delincuentes se metieron en una inmobiliaria de las calles 38 y 31, en La Loma, donde se apoderaron del dinero de los alquileres.

Días después, en otra oficina de la misma cadena comercial, esta vez situada en camino Centenario y 504, desconocidos rompieron un enorme vidrio para acceder al local y llevarse lo que tuvieron a mano.

En diciembre de 2023, hubo un asalto en una inmobiliaria de Diagonal 73 entre 5 y 6, cuando, en horas de la tarde, llegó un falso cliente al lugar con la excusa de preguntar por algunas locaciones.

Si bien lo hicieron esperar, porque estaban atendiendo a otra persona, no se desesperó. Y hasta tal vez ese tiempo le vino bien para repensar el golpe.

Como una paradoja del destino, tomando ese concepto del infortunio, la poca suerte, la casualidad, el caso fortuito o la desgracia imprevista, el ataque ocurrió en la inmobiliaria “Azar Propiedades”.

Cuando le llegó el turno, el embaucador inició una amena conversación, insistimos, con el foco puesto en la necesidad de un arrendamiento, aunque la treta duró unos minutos hasta que soló la frase: “Esto es un asalto. Dame toda la plata”.

De acuerdo a la declaración de la víctima, el delincuente realizó gesticulaciones de que tenía un arma entre sus ropas, aunque nunca llegó a mostrar nada.

Con el amague le alcanzó y sobró. Fue así que, sin necesidad de agresiones físicas, se apoderó de 25.000 pesos en efectivo y dos teléfonos celulares.

Días después, pasó en 59 entre 20 y 21. El propietario declaró que su mujer, cuando fue a trabajar, lo llamó por teléfono para contarle que todo el interior de la inmobiliaria estaba completamente revuelto y desordenado.

También que observó daños en uno de los sectores de la propiedad, para mayor exactitud en una claraboya con rejas.

Además que constató que las tres cajas de seguridad del comercio habían sido forzadas y, que en su interior había una importante suma de dinero.