Saquearon una escuela y se llevaron tres materias
Edición Impresa | 24 de Febrero de 2024 | 04:06

Un establecimiento educativo de Berisso fue desvalijado en las últimas horas por al menos dos sujetos que, según se pudo establecer, ingresaron al lugar tras vulnerar la puerta principal del edificio.
Se trata de la Escuela Secundaria Nº11 de nombre “Mercedes Sosa”, que comparte edificio con la escuela primaria 7 “Enrique Mosconi”, y que se encuentra ubicada en la intersección de las calles 151 y 9.
Según indicaron fuentes policiales a este diario, los delincuentes que perpetraron el atraco se llevaron un botín compuesto por varias notebooks del plan Conectar Igualdad además de material para el desarrollo de las clases tales como videos grabados en CD y libros.
De todas maneras, el golpe más duro lo dieron en la sala de Música de donde se llevaron dos entrañables instrumentos que durante años sirvieron para que decenas de alumnos dieran sus primeros pasos en el mundo de los pentagramas.
Un violín de color marrón y un acordeón a piano de color negro y marrón pasaron a manos de estos delincuentes sin escrúpulos que no hicieron otra cosa que pisotear el valor simbólico que tenían estos instrumentos para toda la comunidad educativa de la Escuela 11.
A estas graves pérdidas se deben sumar los destrozos que provocaron en las aberturas para ingresar al recinto. No se trató de improvisados ya que cortaron varios candados antes de quedar frente a frente con el botín.
El dato llamativo es que este asalto tiene lugar en la misma semana en la que hubo una seguidilla de por lo menos 5 robos contra instituciones educativas.
El último de los episodios delictivos había acontecido el pasado martes en el Jardín de Infantes Número 947 “Dardo Rocha”, con domicilio en calle 52, esquina 207, en la localidad de Ángel Etcheverry. Según lo revelado por voceros, no solo fue blanco del robo de cables de luz, sino que también se reportaron severos destrozos en espacios internos del establecimiento educativo.
Al igual que en dicho episodio, la situación fue descubierta por la directora cuando arribó al lugar, en la mañana de ayer, para iniciar una nueva jornada laboral de cara al arranque del ciclo lectivo.
Lo primero que notó fue que una puerta principal se encontraba abierta. Aquel indicio fue más que suficiente para conjeturar que la escuela había sufrido un robo.
Fue en ese marco que comenzó a realizar un registro del edificio. En varias aulas notó que todo “se encontraba en orden” pero cuando llegó a la Biblioteca confirmó sus sospechas.
Tanto la puerta como la reja del espacio de lectura, que hasta hace unas horas consideraban un búnker, habían sido vulneradas. Al estar enrejada habían tomado la decisión que era el mejor lugar para guardar todos los objetos de valor de la escuela.
En ese marco, cada día, al terminar la jornada, prácticamente debían trasladar todo el edificio a este espacio. La medida, pese a las complicaciones operativas que generaba diariamente, venía siendo efectiva.
Y podría haberlo seguido siendo de no ser por el accionar de un grupo de inadaptados que se tomó el trabajo de cortar los candados y apoderarse de todo cuanto pudieran.
Una vez que la directora ingresó a la escena criminal, además de toparse con un desorden mayúsculo y con varios destrozos detectó de forma inmediata que faltaban las computadoras con las que venían trabajando los alumnos.
En la recorrida que continuó haciendo también advirtió que la puerta de la sala de Música estaba abierta. Al inspeccionar pudo constatar que también la habían invadido.
Los golpes contra establecimientos educativos se han convertido en una constante en la Región a punto tal que en varias escuelas han llegado a generar planes de contingencias para evitar que sustraigan “lo poco que queda”.
En este marco, se ha vuelto común que los directivos, docentes e incluso el personal de maestranza tengan que llevarse los insumos a sus casas como medida preventiva.
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