En Villa Castells se encendieron las alarmas ante la ola de robos

En 7 entre 505 y 506, delincuentes maniataron a una joven para sacarle dinero y otros elementos de valor. Crece la preocupación

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En Villa Castells, como en todos los rincones de la Ciudad, existe una sensación de mucha preocupación ante el drama de la inseguridad. Los robos no paran y no se vislumbra ninguna acción oficial que pueda modificar esa situación.

Los vecinos, de acuerdo a las comunicaciones que mantienen con este diario, se siente solos y desprotegidos.

En las últimas horas, en medio de esa grave realidad, se produjo otro episodio delictivo. Fue de madrugada en una vivienda de la calle 7 entre 505 y 506, donde una joven fue maniatada por un ladrón, que le sacó de todo.

De acuerdo a la madre de la damnificada, que hizo un posteo en redes sociales, “ya no se puede seguir así”.

Al parecer, el intruso se metió en esa casa luego de trepar por un paredón, la sorprendió mientras dormía y la inmovilizó, para revisar el domicilio durante media hora.

Los voceros del caso mencionaron que el botín estuvo conformado por una suma de dinero -cuya cantidad no trascendió-; dos celulares iPhone y algunos relojes.

También contaron que, cuando el asaltante intentó llevarse el auto de la chica, ella logró liberarse y salió corriendo a pedir ayudar.

En esas circunstancias, ante la posibilidad cierta del arribo de la Policía, el delincuente optó por darse a la fuga y desandó el camino por el que había accedido a la propiedad.

OTRO ATAQUE EN EL MISMO BARRIO

A muy pocas cuadras de ese domicilio, como EL DIA publicó en su edición anterior, sobre 508 entre 5 y 6, ladrones se colaron en un inmueble, cuyos dueños habían salido para disfrutar de una actividad nocturna.

Adentro quedó un hijo adolescente, durmiendo, que nunca se percató de lo que pasaba en la construcción.

Incluso, trascendió, los ladrones entraron en su habitación y le desconectaron el celular. El jamás se enteró.

Naturalmente, apenas arribaron a la casa, los padres del muchacho vivieron minutos de profunda angustia.

Con lo que de arranque se toparon fue con un portón abierto de par en par. No cabían dudas de que habían vulnerado la seguridad de su domicilio.

En ese marco, lo primero que hicieron estos padres desesperados fue acudir al dormitorio de su hijo.

Grande fue la sorpresa de estos vecinos cuando lo encontraron en su cama descansando.

Sin duda aquella imagen con la que se encontraron al abrir la puerta de la habitación les trajo mucho alivio. Pero, luego de haber podido exorcizar de sus mentes todos los miedos que los invadieron por unos dos minutos, se abocaron a analizar la realidad y sin dudas, la amargura los embargó.

En medio del desorden mayúsculo con el que se encontraron pudieron detectar varios faltantes. Entre ellos, una tablet marca Apple y una moto marca Yamaha.

En pleno inventario, los padres pudieron deducir un escalofriante dato. El hecho de que faltara el teléfono celular del menor es prueba cabal de que los sujetos recorrieron toda la casa a sus anchas.

Otro indicio clave que pudieron detectar con el análisis que hicieron fue que escaparon por el fondo ya que, en un recorrido por la propiedad para intentar entender cómo habían logrado penetrar en ella se toparon con el cargador de otro de los teléfonos, que se llevaron.

La modalidad se conoce como “ghost” y alude a la intrusión de delincuentes dentro de un hogar, en presencia de ocupantes, aunque pasan desapercibidos como si se trata de fantasmas.

 

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