Sin valores inculcados en edad temprana no habrá plena igualdad de género
Edición Impresa | 11 de Marzo de 2024 | 04:47

El informe sobre femicidios y procesos penales iniciados por violencia familiar y de género de 2023, dado a conocer por el Ministerio Público bonaerense, le otorga al departamento judicial La Plata el triste privilegio de encabezar en la Provincia el listado de asesinatos a mujeres, tal como se detalló en ediciones anteriores de este diario.
En lo que se refiere a la irradiación de este tipo de violencia en perjuicio de las mujeres, debe señalarse que pese a los avances culturales experimentados, los fríos números continúan poniendo en rojo la vigencia de ese fenómeno.
El trabajo detalló la cantidad de causas, el tipo de delitos, las víctimas, los imputados, los hechos y los lugares en donde se cometieron, entre otros aspectos mencionados y analizados. Como se ha dicho, La Plata encabeza el listado de cantidad anual de homicidios de mujeres.
Así también, del mismo informe oficial presentado, en el Departamento Judicial La Plata hubo 15 víctimas femeninas de homicidios dolosos consumados y 13 víctimas de femicidio, con nuestra ciudad al frente de ese listado. En cuanto al móvil de los hechos, por violencia de género murieron en la Provincia 95 mujeres.
Los departamentos judiciales con mayor número de procesos penales por distintas figuras delictivas relacionadas a la violencia de género fueron San Martín (22.883) y Lomas de Zamora (18.549), en tanto Necochea (1.047) y Trenque Lauquen (1.914) fueron los que registraron un menor número de procesos penales durante 2023.
Tanto los datos recabados como la experiencia aquilatada por los tribunales y otros organismos actuantes pone de relieve que en la gran mayoría de los casos las víctimas de los femicidios tenían relación o vínculo previo con los autores de los hechos, que eran la pareja o ex pareja de la mujer asesinada o golpeada.
De modo que, lo que las cifras estadísticas vuelven a dejar en claro es que debe consolidarse en el país una cultura que apunte a lograr un mayor respeto a la plena igualdad de las mujeres, tal como lo afirman conocidos juristas. Un ejemplo sencillo de esa falta de vigencia puede presentarse cuando, la Justicia dicta la llamada perimetral para el agresor de su pareja –impidiendo así su acercamiento- y el Estado supone que con esa declaración formal ya cumplió su misión, cuando la realidad enseña que muchas veces esa medida es violada sin que las víctimas reciban protección efectiva.
El atraso mayor, como se ha dicho, parece seguir estando en el plano cultural, con una sociedad que aún no ha comprendido los diversos grados de violencia y discriminación que siguen acechando y segregando a las mujeres. Pese a que, como se dijo, hay pasos muy positivos, persisten sin duda errores y omisiones en las estrategias educativas y sociales para combatir la violencia de género.
Es verdad que faltan dar pasos efectivos hacia la vigencia de una nueva visión sobre el tema y, seguramente, corregir algunos rumbos institucionales. Pero pareciera imprescindible que se consoliden valores a partir de una educación temprana sobre los niños y jóvenes, tanto en el seno de las familias como, fundamentalmente, en las escuelas, que sea comprensiva de lo que hace falta para igualar totalmente los derechos y garantías de las mujeres y los varones. Aquí, como en pocos otros temas, rige el principio de que lo que se aprende o desaprende en la infancia suele quedar para siempre.
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