Violento robo comando a una familia en La Plata: atan y golpean a una familia
Edición Impresa | 16 de Marzo de 2024 | 01:53

En un abrir y cerrar de ojos, e inesperadamente, una familia de Villa Elisa quedó a merced de un grupo de delincuentes, en su propio domicilio de la Zona Norte.
Según pudo saber este diario en esferas policiales, cerca de las 21.30 del jueves, una mujer de 53 años, propietaria de una amplia casa con parque ubicada en 419 entre 131 y 133, “se encontraba en la cocina terminando de preparar la cena”.
El mismo vocero policial hizo saber, al mismo tiempo, que “los hijos, una joven de 22 años y un chico de 18, estaban entretenidos mirando televisión en el living”.
Una rutina muy habitual, tanto en esa casa como en muchísimas otras de la Ciudad. Pero en esta oportunidad, alterada por completo en dicho inmueble por verse involuntariamente involucrados, madre e hijos, en un episodio de inseguridad. Y muy violento, casi al borde una verdadera tragedia.
La propietaria de la vivienda y víctima de este terrible caso, se mostró ayer muy compungida en diálogo con este diario. Asimismo evitó hablar por temor a represalias.
“CON PRECINTOS Y CHALINAS”
Fuentes que investigan el hecho, y que accedió a hablar con este diario, describió cómo fue la brutal secuencia que tuvo este asalto.
En tal sentido, comenzó mencionando que “los ladrones eran tres, estaban encapuchados, con armas de fuego y vestían ropa oscura. Sorprendieron a esta señora al abrir una puerta de la cocina que estaba cerrada, pero sin llave”.
La principal damnificada por el atraco, resultó ser -de acuerdo a lo informado por el pesquisa- a su vez la primera de las tres víctimas en ser reducida y maltratada.
Al respecto, sostuvo que “uno de los asaltantes agarró del brazo a la mujer, con la otra mano le tapó la boca y le ordenó que no fuera a gritar”.
“Así la llevó hasta el living, donde otro de los delincuentes ya había hecho tirar al piso a los hijos de esa señora, a quienes dejaron atados con precintos boca abajo”, acotó.
En cambio, refirió, “si bien a ella también le ataron las manos con precintos, como le exigieron dólares y ella les dijo que los tenía guardados en su dormitorio, la condujeron hacia allí”.
Sin embargo, contó después, “luego los cómplices hicieron ir también a los dos hijos a la habitación de la madre. Entonces, los hicieron sentar a los tres en el suelo, atándolos también con chalinas en las manos y los pies. Inclusive, amordazándoles la boca”.
Con la familia totalmente reducida, los tres delincuentes se abocaron a pleno a revisar cada mueble de las habitaciones.
“LE DIERON DOS CULATAZOS”
En otro tramo de su charla con EL DIA, el investigador policial de esa jurisdicción reveló a su vez que “a la dueña de la vivienda le pedían a cada rato más dinero. Pero como les aseguraba que no había más, uno de los `chorros´ le pegó dos culatazos en la cabeza, mientras seguían los demás revisando por todos lados”.
Sobre el botín con el que huyó la banda, aseguró que “escaparon con 1.200 dólares, dos escopetas largas y viejas que eran del abuelo de la mujer, una pistola Bersa y el Ford Ka de ella”.
El oficial de policía reveló también un momento de miedo extremo que le hicieron atravesar a la dueña de casa: “cuando uno de los asaltantes encontró ambas escopetas, hizo a la señora un simulacro de fusilamiento”.
Expuso al respecto que “le dijo ah mirá, está cargada. Y le gatillo. Por suerte no salió ningún proyectil, si no estaríamos hablando de otra historia”.
“PIDIERON CLAVES DE CUENTA DNI”
La voracidad delictiva de esta banda no tenía límites. Al punto que, consignó el detective, “hasta les pidieron los teléfonos celulares a las víctimas y saber cuáles eran las claves de la aplicación Cuenta DNI. Las anotaron en un papel”.
Aludió después a que “entre ellos discutieron entre seguir revisando o irse. Al final, decidieron huir en el auto de la mujer, tras abrir el portón de entrada”.
Pero antes de darse a la fuga, lanzaron una advertencia a sus rehenes: “Les ordenaron que se quedaran 10 minutos, quietos y sin gritar. Luego huyeron enseguida”.
Los ladrones fueron descriptos como de “25 a 35 años”. Tenían armas de fuego y capuchas
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